viernes, 20 de julio de 2012

Crónica del viaje a Argentina: Fundación Egidio Ferruglio


La tarde de ayer fue dedicada casi por completo al estudio del Tehuelchesaurus. Pudimos debatir con el Dr. José Luis Carballido sobre diversas cuestiones relacionadas con los dinosaurios saurópodos: la propuesta de que los rebaquisáuridos son dicraeosaúridos juveniles, el posible origen geográfico de los rebaquisáuridos, la compleja identificación de algunas láminas vertebrales de los saurópodos, los cambios anatómicos en relación a la ontogenia, etc. ¡Un estimulante intercambio de ideas y de hipótesis!

Esta mañana del día 19 hemos acudido al lugar donde se lleva a cabo otro de los pilares de la Fundación Egidio Ferruglio, el taller y almacén en el que se realizan réplicas de fósiles, así como corpóreos para las exposiciones itinerantes que se han podido visitar meses atrás, por ejemplo, en diferentes ciudades españolas y alemanas. Algun@ tendrá en el recuerdo ”Dinosaurios de Patagonia”. Esta Fundación, junto a la gestión del Museo que lleva su nombre, acomete la investigación, el estudio, la conservación y restauración, así como la divulgación del patrimonio paleontológico; y además aborda el diseño y la concreción física de exposiciones espectaculares.

Hemos conocido de primera mano, gracias a la gentileza de Mariano y Daniel, qué siliconas, qué fibras de vidrio, qué componentes emplean en la elaboración de moldes; cómo arman las esculturas, cómo pigmentan: todo el proceso hasta el resultado definitivo. Algo que en España no se realiza en demasiadas ermpresas o instituciones con carácter específico.

El MEF recibe al año más de 80000 visitantes, lo cual es digno de destacar, dada la singularidad de su ubicación geográfica, a más de 1300 kms. de Buenos Aires, e incluso al precio de la entrada (la general cuesta 42 pesos, unos 7,70 euros).

La idea es salir hoy de Trelew y viajar toda la noche en colectivo (autobús), camino de Neuquén, y de ahí llegar a Villa El Chocón. Inopinadamente, se ha convocado una huelga de conductores y, en los momentos en que enviamos la crónica, desconocemos si será posible el desplazamiento. Ello condicionaría negativamente nuestro programa en El Chocón, dado que está muy ajustado. De momento, quedamos pendientes de la solución en el hotel.

El hotel, añoso y con solera, ha servido de marco a curiosos episodios y aventuras. Aunque ha acogido a personajes de renombre del ámbito de la política, de la intelectualidad o de los deportes (el mítico piloto Fangio durmió aquí), nos centraremos sólo en dos áreas: Butch Cassidy, Sundance Kid y Wild Buch se refugiaron en la Patagonia y en el hotel, con numerosas identidades falsas, huyendo de los detectives de la agencia gringa Pinkerton, que los perseguía para ajusticiarlos por sus fechorías en Estados Unidos. Estos hechos, que aún dejan un poso de leyenda en la zona sobre el destino final de estos personajes, se han reflejado en dos filmes, uno clásico Dos hombres y un destino, y la reciente coproducción española dirigida por Mateo Gil, Blackthorn. Sin destino. El otro referente es Antoine de Saint-Exupéry, aventurero aviador, además de escritor de El principito, leída por todos (o al menos, eso se escucha a quien es preguntado). En sus escalas de vuelos patagónicos pernoctaría en este hotel, dejando para el recuerdo el interés de muchísimos turistas que se acercan a tomar un submarino (vaso de leche con un bloque de cacao saloble en forma de submarino) en la cafetería pintoresca de la época. Los vuelos de Saint-Exupéry por la Patagonia le inspiraron para escribir el libro Vuelo nocturno.

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