El equipo de excavación ha extraído este verano 191
registros fósiles, algunos muy completos, pero destacan hallazgos menos
llamativos pero que ayudan a conocer el ecosistema como restos orgánicos carbonizados
con restos de polen
El director de las excavaciones, Fidel Torcida (D), y el
catedrático de Paleontología
de la Universidad de Zaragoza, José Ignacio Canudo
(I), muestran una de las piezas.
/ RICARDO ORDÓÑEZ / ICAL
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El yacimiento de Torrelara se ha confirmado en la campaña de
excavaciones de este verano como un lugar único en el mundo para conocer el
ecosistema de los dinosaurios en una época de la que hay muy pocos fósiles,
situada hace unos 145 millones de años, en el paso del Jurásico al Cretácico.
En la presentación del balance de la campaña, el director
del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes, Fidel
Torcida, ha detallado que el equipo de excavación ha extraído este verano 191
registros fósiles, algunos muy completos, con lo que el total de registros
encontrados en las cuatro campañas en este yacimiento es ya de 647.
Ha insistido en que, aunque se trata de un número de fósiles
muy elevado, lo más importante es que se han identificado fósiles de varias
especies de dinosaurios, entre los que destacan dos grandes saurópodos de los
que se están sacando restos de casi todos los huesos del cuerpo, lo que será de
especial relevancia para conocer mejor su anatomía.
En este sentido, el director del Museo de Ciencias Naturales
de la Universidad de Zaragoza y paleontólogo Iñaki Canudo, que ha formado parte
del equipo de investigación, ha afirmado que se trata de «un yacimiento único,
tanto por ser de una época de la que hay menos restos, en el paso de los
grandes dinosaurios del Jurásico al Cretácico como porque hay una gran
abundancia de restos y se encuentran, en general, en buen estado de
conservación».
Este yacimiento no ofrece restos de una sola especie de
dinosaurio si no que es una muestra completa de un ecosistema. Torcida ha
destacado también la importancia de hallazgos menos llamativos pero que ayudan
a conocer mejor el ecosistema en el que vivieron los dinosaurios de esa época.
Ha precisado que los fósiles de vegetación, placas óseas de
tortuga, dientes de cocodrilo, y moluscos bivalvos de agua dulce, del grupo de
almejas y mejillones, ayudarán a conocer mejor un entorno que debió ser una
llanura húmeda y con vegetación que se inundaba ocasionalmente y que se
encontraba entre una cercana llanura de inundación de un río y, por otro lado,
una zona semi pantanosa.
Sin embargo, los hallazgos más llamativos tienen que ver con
varias especies de dinosaurio, «probablemente sean, al menos, siete u ocho,
entre ellas uno volador, un pterosaurio», del que se han encontrado huesos del
ala y algunos dientes.
También se han localizado y extraído en esta campaña restos
de un dinosaurio carnívoro, aunque las estrellas, por el momento, parecen dos
saurópodos, seguramente herbívoros.
De estos grandes dinosaurios se ha encontrado un húmero de
1,40 metros de longitud, varias vértebras dorsales y caudales, parte de una
cadera y un fémur bastante completo y bien conservado que permite estimar la
envergadura del animal.
Aunque la mayor parte de las piezas tardarán años en
limpiarse y estudiarse con criterios científicos, las primeras apreciaciones de
este fémur de metro y medio de longitud permiten aventurar que perteneció a un
dinosaurio de 24 metros de largo y 30 toneladas de peso, «aproximadamente como
cinco elefantes», ha explicado Torcida.
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