Un equipo de paleontólogos, liderado por españoles, analiza
cómo evolucionó esta icónica estructura anatómica de los ceratopsianos, el
grupo que incluye al famoso Triceratops, durante los 65 millones de años de
existencia de estos animales. El trabajo revela que esta morfología se volvió
cada vez más variable a lo largo de su evolución.
Reconstrucción de un tricerátops. / Pixabay
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Con más de 70 especies conocidas hasta ahora, los
ceratopsianos son un clado muy diverso de dinosaurios ornitisquios, uno de los
grupos dominantes de los ecosistemas terrestres en América del Norte y Asia, y
que también han sido descritos en Europa durante el Cretácico superior.
Los ceratopsianos más primitivos eran pequeños y no tenían cuernos, aunque ya presentaban una cabeza grande, un pico parecido al de las tortugas y una dentición cincelada
El grupo incluye algunos dinosaurios con cuernos, con
géneros tan conocidos como el Triceratops, con tres cuernos y unas siete
toneladas de peso y que en el imaginario colectivo protagonizó grandes combates
con el también famoso Tyrannosaurus rex.
Los primeros ceratopsiano aparecieron hace unos 130 millones
de años en Asia y las últimas especies, como el Triceratops, persistieron hasta
el final del Mesozoico, hace 66 millones de años.
Sin embargo, los ceratopsianos más primitivos eran pequeños
y no tenían cuernos, aunque ya presentaban algunas características comunes al
resto de especies del grupo, como una cabeza grande, un pico parecido al de las
tortugas y una dentición cincelada, que se cree que contribuyó a su éxito
evolutivo.
Pero quizá lo más destacable de su anatomía es el prominente
escudo en la parte posterior del cráneo. En los ceratopsianos más primitivos, y
que eran de tamaño relativamente pequeño, el escudo era bastante corto y
estrecho, pero en los grandes (de más de una tonelada de peso), podía medir más
de un metro de largo y de ancho y constituía más de la mitad de la longitud del
cráneo.
Aunque en las especies tempranas el margen del escudo era
liso o relativamente poco ornamentado, los ceratopsianos con cuernos
presentaban osificaciones epiparietales y epiescamosales que dieron lugar a una
espectacular diversidad de estructuras que se proyectaban a partir del escudo y
que permiten distinguir unas especies de otras.
Configuración de los landmarks que permiten analizar la
forma del escudo de
Centrosaurus apertus (izquierda y central) y Protoceratops
andrewsi (derecha).
/ ICP
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En un estudio, Albert Prieto-Márquez, investigador del
Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont, conjuntamente con otros
colegas del Field Museum of Natural History (Universidad de Minnessota), de la
Universidad de Washington, del Museo Americano de Historia Natural y de la
Universidad de California en Los Ángeles, analizan cómo evolucionó el escudo de
los ceratopsianos durante los 65 millones de años de existencia de estos
animales, así como su crecimiento a lo largo de la vida de algunos individuos
de una determinada especie.
El equipo de investigación aplicó una batería de técnicas
estadísticas a una muestra de 25 especies para examinar de forma cuantitativa
los cambios en la forma del escudo. Estas especies representan casi la mitad de
la diversidad taxonómica conocida de los ceratopsianos, desde las especies más
antiguas y sin cuernos como Protoceratops (de Mongolia), hasta los Triceratops
más recientes y enormes, pasando por los cornudos Styracosaurus de las grandes
llanuras del norte de América del Norte.
Un "escudo" cada vez más ancho
El trabajo publicado en la revista Ecology and Evolution
revela que la forma del escudo varía según el clado. Además, esta morfología se
volvió cada vez más variable a lo largo de su evolución, alcanzando su máximo
entre los ceratópsidos que divergieron de forma más tardía (como el
Triceratops) donde las formas del escudo son extraordinariamente diversas.
La aparición de pinchos y placas que caracterizan el escudo de decenas de especies de dinosaurios con cuernos podría haber estado relacionada con indicios visuales en las interacciones sociales de estos animales
A medida que pasó el tiempo, estos escudos se hicieron cada
vez más anchos y largos aunque gran parte de las diferencias observadas se
centran en los bordes laterales del escudo y en la forma de la parte posterior.
Pero, ¿cómo se produjeron estos patrones de variación y estas modificaciones? ¿Y
qué repercusiones tuvieron en la función del escudo?
Los resultados indican que, en algún momento, la evolución
del escudo se desacopló respecto a la del resto del cráneo. Las primeras formas
(sin cornamenta y más pequeñas que las posteriores) tenían un escudo poco
desarrollado cuya función era proporcionar sitios de fijación a los músculos
implicados en la alimentación.
Pero a lo largo de la evolución, este desacoplamiento
permitió liberar el escudo de su función alimentaria y comenzó a evolucionar a
un ritmo más rápido que el resto del cráneo. Esto le permitió aumentar de
tamaño hasta transformarse en estructuras extraordinariamente ornamentadas que
caracterizan las especies más tardías de los ceratópsidos con cuernos como los
Triceratops y Styracosaurus.
La aparición de pinchos y placas que caracterizan el escudo
de decenas de especies de dinosaurios con cuernos podría haber estado
relacionada con indicios visuales en las interacciones sociales de estos
animales, que probablemente vivían en grandes rebaños de cientos de individuos.
Este estudio proporciona las primeras pruebas cuantitativas
que apoyan las afirmaciones anteriores de que la peramorfosis (cambios
filogenéticos donde los ejemplares de una determinada especie maduran más allá
de los rasgos de sus especies ancestrales) tuvo un papel clave en la evolución
de los ceratopsioanos.
Referencia:
Prieto-Márquez, A., García Porta, J., Joshi, S. H., Norell,
M. A., & Makovicky, P. J. (2020, published online). "Modularity and
heterochrony in the evolution of the ceratopsian dinosaur frill". Ecology
and Evolution. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/ece3.6361
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