Científicos han nombrado una nueva especie de un gigantesco
cocodrilo que vivió durante el Cretácico en América del Norte
Ejemplar de «D. hatcheri», una de las tres especies
nombradas de este
cocodrilo – Daderot
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A finales del Cretácico existió un mar interior en la actual
América del Norte. Un lugar en el que los dinosaurios que se acercaban a la
orilla corrían un enorme riesgo. Un terror indescriptible acechaba en las
profundidades, esperando su momento para atacar: su nombre es Deinosuchus, el
cocodrilo del terror, una criatura que fue el mayor carnívoro de aquel entorno
semi-acuático. Sus dientes, del tamaño de plátanos, podían clavarse en los
dinosaurios más incautos y provocar daños masivos. Su cuerpo, similar al de un
aligator actual, alcanzaba los 10 metros de largo.
Los fósiles del género Deinosuchus han sido estudiados desde
1850. Pero una nueva investigación, publicada en «Vertebrate Paleontology» y
llevada a cabo por científicos de la universidad de Iowa, Estados Unidos, ha
reevaluado ahora muchas de las evidencias. Gracias a eso, han concluido que existen
tres especies de este grupo y no dos, como se pensaba antes. Se trata de D.
riograndensis, D. hatcheri y una nueva, D. schwimmeri.
«Deinosuchus fue un gigante que debió aterrorizar a los
dinosaurios que se acercaban al borde del agua para vivir», ha dicho Adam
Cossette, director del estudio e investigador en el Instituto Tecnológico de
Nueva York (Estados Unidos), para «Sciencealert.com». Hasta ahora, el tamaño
completo de esta criatura era desconocido. Pero con los especímenes que hemos
examinado, hemos revelado la existencia de un extraño y monstruoso depredador,
con dientes del tamaño de plátanos».
Según Cossette, las tres especies de Deinosuchus surgieron
después de que un proceso geológico dividiera el mar interior de América del
Norte por la mitad, inaugurando tres ambientes diferentes en los que con el
tiempo se desarrollaron las tres especies.
Fósiles del cráneo de «Deinosuchus schwimmeri» - Cossette
& Brochu, Journal
of Vertebrate Paleontology, 2020)
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Las observaciones muestran que estas criaturas están entre
los cocodrilos más grandes y aterradores que han existido nunca. Tenían un
aspecto similar al de un aligator actual, con la sutil diferencia de que
alcanzaban los diez metros de largo.
Para Christopher Brochu, coautor del trabajo, la existencia
de estas tres especies muestra que «los cocodrilos no son "fósiles
vivientes" que no han cambiado desde la época de los dinosaurios, sino que
han evolucionado tan dinámicamente como cualquier otro grupo».
Los investigadores han concluido que D. riograndensis y D.
hatcheri vivieron al oeste de América del Norte, entre Montana y la parte norte
de México, mientras que D. schwimmeri vivió en la costa atlántica, entre New
Jersey y Mississippi.
Reyes entre las criaturas
Los fósiles muestran que fueron los reyes de su tiempo. «En
el momeento en que vivieron en el este de Estados Unidos, no había nada más
grande», dijo para «Ledger-Enquirer» David Schwimmer, investigador no
implicado en el estudio cuyo nombre, sin embargo, ha bautizado a la nueva
especie, dadas sus importantes contribuciones al campo.
Según Schwimmer, hay una gran pregunta abierta: se han
encontrado enormes marcas de los dientes de Deinosuchus en huesos de
dinosaurios, pero no se sabe si lo hicieron cuando azaban o, sencillametne
carroñeaban.
«Mi apuesta es que eran depredadores», ha comentado
Schwimmer. «Esta criatura era lo suficientemente grande como para acabar con la
mayoría de los dinosaurios. Además, la mayoría de las marcas las hemos
encontrado en huesos de patas y colas. Precisamente el lugar dónde les cogerías
si quisieras agarrar a un dinosaurio». ¿Cómo sería aquel terrible momento, en
que uno de estos animales capturaba a una de sus presas?
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