Era un animal más chico que una liebre, hallado en la
formación Mealla, en el Valle del Tonco. Es uno de los registros más antiguos
de los ungulados en Sudamérica.
Los tres dientes y el fragmento de la mandíbula hallados en
Los Cardones.
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Los ojos de la paleontología sudamericana se volvieron a
mirar al Parque Nacional Los Cardones, luego de que un grupo de investigadores
del Conicet y de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) descubriera el fósil
de un pequeño mamífero que vivió hace 62 millones de años y se convirtiera en
uno de los ejemplares más antiguos de los denominados ungulados que se hayan
encontrado en el continente.
El equipo de investigadores denominó a la nueva especie
“Archaeogaia macachaae”, y se trata de un mamífero fósil “perteneciente al
orden Notoungalata, el grupo más diverso de ungulados nativos sudamericanos.
Este grupo de mamíferos placentarios se habría originado en América del Sur a
partir de ancestros que habrían llegado a nuestro continente antes de la gran
extinción del Cretácico tardío que es cuando desaparecen los dinosaurios”,
explicó la paleontóloga Natalia Zimicz.
El grupo de trabajo que levantó los restos fósiles. |
Se los llama ungulados porque se caracterizaban por apoyarse
y caminar sobre los dedos que tenían recubiertos de pezuñas.
“Más chico que una liebre”
Si bien aún falta estimar con precisión el tamaño del
animal, la especialista explicó que era “más chico que una liebre”.
El hallazgo ocurrió en el Valle del Tonco, en la denominada
Formación Mealla. Esta es una unidad geológica “conformada por los depósitos
fluviales desarrollados en el noroeste argentino hace unos 60 a 62 millones de
años”, añadió.
Su estudio permite reconstruir cómo fue la fauna y la flora
de aquel tiempo en esta parte del mundo.
En la época Paleoceno cuando vivió el ejemplar descubierto
en Los Cardones -aún no se había producido el levantamiento de la Cordillera de
los Andes, y por ello “el lugar era un valle no muy elevado, con lagunas, un
clima cálido y relativamente seco, y una vegetación similar a lo que hoy
conocemos como el chaco o como una sabana: con árboles dispersos, arbustos y
casi sin pasturas”, explicó. De hecho, Archaeogaia macachaae se alimentaba de
hojas y pequeños frutos de arbustos, no de pastos.
Salió a la luz
Si bien encontraron los restos fósiles hace dos años, luego
de intensos estudios descubrieron que se trataba de un animal que aún no había
sido registrado por la paleontología en ninguna parte del mundo. Y este año
hicieron pública la información. Además, Archaeogaia macachaae es el segundo
mamífero que se registra para la época Paleoceno en Sudamérica, ya que el
anterior había sido hallado en Jujuy hace 40 años, también en la Formación
Mealla.
Tres piezas dentarias unidas a un fragmento de la mandíbula
es lo que Zimics encontró en una ladera y, si bien todo el equipo rastreó el
área, centímetro por centímetro, no hallaron más piezas fósiles.
De todos modos, “para los paleontólogos, encontrar elementos
de dentición tiene un valor de identificación muy importante, porque en general
las especies se diferencian en función de las características de los dientes”,
valoró la paleontóloga.
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