Los supercontinentes, esto es, las masas terrestres gigantes de las que surgieron los actuales continentes, podrían emerger nuevamente en la Tierra dentro de aproximadamente 200 millones de años, lo que podría afectar profundamente en el clima de nuestro planeta, según las últimas predicciones realizadas por los científicos.
Imagen de la Tierra vista desde el espacio. NASA/Moore Boeck |
Los expertos analizaron el "futuro profundo" de la
Tierra y plantearon dos escenarios climáticos posibles. En el primero, que ocurriría
dentro de aproximadamente 200 millones de años, casi todos los continentes
avanzarían hacia el hemisferio norte y la Antártida quedaría sola en el sur. En
el segundo, dentro de unos 250 millones de años, se formaría un supercontinente
alrededor del ecuador, que se extendería hacia los hemisferios norte y sur.
¿Cuáles han sido los supercontinentes más recientes?
Los continentes de la Tierra no siempre fueron como son hoy.
De hecho, en los últimos 3.000 millones de años, el planeta ha pasado por múltiples
periodos "en los que los continentes primero se apiñaron para formar
supercontinentes inmensos y luego se separaron", tal y como explica
Michael Way, científico físico del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de
la NASA en Nueva York y autor principal del estudio.
Así, el supercontinente más reciente que conocemos fue
Pangea, que existió hace unos 300 millones de años atrás y que incluía lo que
actualmente es África, Europa, América del Norte y América del Sur. Sin
embargo, antes de Pangea existieron otros dos supercontinentes: Rodinia,
"que existió desde hace 900 millones a 700 millones de años" y Nuna,
"que se formó hace 1.600 millones de años", según informa Live
Science.
¿Cómo se formarían Amasia y Aurica?
Respecto al primer escenario posible, los investigadores
teorizan la formación de un supercontinente, nombrado como Amasia, en "las
latitudes altas del norte con los continentes principales 'aplastados' al norte
del ecuador", mientras que siguiendo este modelo un subcontinente antártico
permanecería aislado en el polo sur, destaca el informe de AGU.
Para el segundo escenario, los científicos predicen la
formación de un supercontinente, denominado Aurica, en "latitudes
bajas" como resultado de la unión de continentes en torno al ecuador.
En ambos escenarios, los científicos se basaron en la
topografía de los supercontinentes para calcular el impacto que esto tendría en
el clima global. Para el desarrollo de estos modelos predictivos, el equipo
utilizó como parámetro la teoría de la tectónica de placas, así como la
luminosidad solar y la velocidad de rotación. "Las diferencias climáticas
entre estos dos escenarios son dramáticas, con diferencias en las temperaturas
medias de la superficie que se acercan a varios grados", añaden.
"La velocidad de rotación de la Tierra se está
desacelerando con el tiempo. Si se avanza 250 millones de años hacia el futuro,
la duración del día aumenta en unos 30 minutos", destaca el científico
Michael Way. Además, la luminosidad solar también aumentará "porque el sol
se vuelve más brillante gradualmente con el tiempo".
Uno de los descubrimientos más asombrosos del análisis
predictivo fue que las temperaturas globales eran más frías, cerca de 4 grados
Celsius, en un mundo futuro en el que se formase el supercontinente montañoso
Amasia en el norte.
Según explica Way, la nieve y el hielo en este
supercontinente del norte en latitudes altas crearían una cobertura permanente
sobre la Tierra durante los meses de verano e invierno, "y eso tiende a
mantener la temperatura de la superficie un par de grados más fría que en todos
los demás escenarios". Esto podría presagiar, según los científicos de la
AGU, una etapa glacial que duraría, al menos, 100 millones de años.
En el segundo escenario, Aurica sería un supercontinente
menos montañoso, con lagos y mares interiores, con una temperatura más cálida,
por lo que el calor atmosférico derretiría estacionalmente la nieve y el hielo.
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