- Se trata del Paralitherizinosaurus japonicus, según el estudio internacional publicado en Scientific Reports
- Es el más joven encontrado en país nipón y su principal diferencia es que empleaba las garras para pastar
Recreación de la nueva especie de terizinosaurios. UNIVERSIDAD DE HOKKAIDO / MASATO HATTORI |
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, ha
analizado una vértebra parcial y una muñeca y antepié parciales localizados en
2008 en Nakagawa, Hokkaido. Hasta ahora se creía que el fósil había pertenecido
a un dinosaurio del grupo de los manirraptores, pues la ausencia de datos
comparativos dificultó su identificación.
Los terizinosaurios eran un gran grupo de terópodos
principalmente herbívoro, tenían los huesos huecos y extremidades de tres dedos
y se caracterizaban por sus grandes garras. Se descubrieron por primera vez en
Asia y ya se habían observado cuantiosos registros fósiles en países como China
y Mongolia, aparte de algunos fragmentos en Japón.
Existieron durante más tiempo del que se creía
El descubrimiento de los restos de terizonosaurios más
recientes de Japón indica que estos animales existieron durante una escala de
tiempo mucho más larga y en un área geográfica más grande de lo que se pensaba,
según han señalado los expertos en una nota de prensa de la Universidad de Hokkaido.
Asimismo, al ser el primer registro de este grupo de dinosaurios en sedimentos marinos en Asia, sugiere que algunos se adaptaron a ambientes costeros. Algo que también atestigua un fósil hallado en Utah, Estados Unidos.
Los científicos pudieron observar estas diferencias gracias
a la revisión del espécimen y a su comparación con los nuevos datos de los
últimos años, que permiten clasificar a los terizinosaurios en función de la
morfología de las garras del antepié.
Los únicos terizinosaurios que usaban las garras solo para
pastar
La principal disparidad del Paralitherizinosaurus japonicus
con otros terizinosaurios es que sus garras tenían un uso específico. De
acuerdo con lo explicado por los investigadores, la nueva especie las utilizaba
para enganchar y tirar de la vegetación, así como para llevársela a la boca. Es
decir, las empleaba para pastar.
Para establecer esta diferencia, los expertos analizaron la
morfología de sus garras, incluida su longitud y la forma de su base, y la
compararon con las de otras muchas especies de este grupo.
Según uno de los coautores del estudio, el profesor de
investigación estadounidense Roy M. Huffington, el desscubrimiento supone
también una prueba más de cuanto le queda al ser humano por aprender sobre
"la increíble historia de la vida en la Tierra".
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