Los científicos descubrieron que la pelvis de las aves, en su etapa inicial de crecimiento (como embrión) es similar a la de los dinosaurios.
Pexels / Jurassic World |
Son varios los estudios que han hecho más sólida la
hipótesis de que las aves que hoy conocemos provienen de los dinosaurios. Sobre
todo cuando comenzaron a encontrarse fósiles que indicaban que algunos
terópodos habían tenido plumas, como los restos de Velociraptores encontrados
en China en 1999, por ejemplo.
Sin embargo, y con el tiempo, esta característica dejó de
ser la única que le daba credibilidad a las teorías. A finales de julio, se
publicaron los avances de un estudio -que aún está en proceso- sobre el mapeo
del desarrollo fetal de algunas aves y reptiles.
Los primeros resultados de esta investigación indicaron que
“las aves vivas tienen cuerpos sustancialmente modificados de la condición
reptiliana ancestral”, dice el paper. En específico, descubrieron que la pelvis
de las aves, en su etapa inicial de crecimiento (como embrión) es similar a la
de los dinosaurios.
La pelvis de las aves en desarrollo pasa por condiciones ancestrales de dinosaurios. / Revista Nature, 2022 |
“Tienen muchas características ancestrales de los
dinosaurios por ejemplo, un pubis que mira hacia adelante; un ilion corto; y
una ‘bota’ púbica. Presentes transitoriamente en la morfogénesis temprana de
las aves y llegan a su forma ‘aviar’ típica después de pasar por una secuencia
de desarrollo prenatal”, explican.
El estudio se llevó a cabo a partir del análisis de datos de embriones de reptiles y aves con tomografías 3 dimensiones. Así pudieron comparar su fisiología directamente con otros datos provenientes de registros fósiles de dinosaurios terópodos.
Algunos de los rasgos de dinosaurios en la pelvis de las
aves cambian justo antes del nacimiento
En conversación con el portal Science Alert, los científicos
a cargo de la investigación señalaron que no se esperaban este resultado. “Fue
inesperado encontrar que estas etapas iniciales del desarrollo de las aves se
parecían tanto a las caderas de un dinosaurio primitivo”, dice Christopher
Griffin, biólogo evolutivo de la Universidad de Yale.
Además, explica que el periodo en que la pelvis de un ave
cambia y deja de lado algunos de los parecidos con el dinosaurio es
sorprendentemente breve. “Durante solo dos días, el embrión en desarrollo
cambia de una manera que refleja cómo cambió en la evolución, pasando de
parecerse a un dinosaurio primitivo a parecerse a un pájaro moderno”, señala.
Entre estos cambios, registraron que las aves adoptan un
fémur más horizontal; una cadera más extendida hacia el pecho y el trasero; un
hueso púbico inclinado hacia atrás; y adaptaciones en ligamentos y tendones.
Esto explicaría el caminar de las aves, similar al de un dinosaurio pero no
completamente.
Para identificar estos detalles, los investigadores usaron
“anticuerpos fluorescentes para resaltar el desarrollo esquelético en los
embriones de varias especies de aves”, explican. Estos se aplicaron incluso en
algunos pollos domésticos, pericos y caimanes, para tener resultados más
amplios.
“Cada ave, en su vida temprana, posee esta forma de
dinosaurio. Entonces, en el último minuto, es como si recordara que es un
pájaro y necesita una pelvis de pájaro“, dice el paleontólogo de vertebrados de
Yale, Bhart-Anjan S. Bhullar.
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