Unos poros cerca de su boca se confundieron con branquias, lo que provocó que se asignase al grupo del que surgieron nuestros antepasados
Reconstrucción del Saccorhytus. PHILIP DONOGHUE |
El 'Saccorhytus' tiene el aspecto de un saco espinoso y
arrugado, con una gran boca rodeada de espinas y agujeros que se interpretaron
como poros para las branquias, una característica primitiva del grupo de los
deuterostomos, del que surgieron nuestros propios antepasados profundos.
Sin embargo, un extenso análisis de fósiles de 500 millones
de años de antigüedad procedentes de China ha demostrado que los agujeros
alrededor de la boca son bases de espinas que se desprendieron durante la
conservación de los fósiles, revelando finalmente la afinidad evolutiva del
microfósil 'Saccorhytus'.
"Algunos de los fósiles están tan perfectamente
conservados que parecen casi vivos", resalta Yunhuan Liu, profesor de
paleobiología de la Universidad de Chang'an (China). "El 'Saccorhytus' era
una bestia curiosa, con boca pero sin ano, y anillos de complejas espinas
alrededor de la boca", añade.
UN FÓSIL DIMINUTO
Los hallazgos introducen importantes modificaciones en el
árbol filogenético primitivo y en la comprensión de cómo se desarrolló la vida.
La verdadera historia de la ascendencia de 'Saccorhytus' reside en las
características microscópicas internas y externas de este diminuto fósil. Al
tomar cientos de imágenes de rayos X en ángulos ligeramente diferentes, con la
ayuda de potentes ordenadores, se pudo reconstruir un modelo digital 3D
detallado del fósil.
La investigadora Emily Carlisle, de la Escuela de Ciencias
de la Tierra de la Universidad de Bristol (Reino Unido), explica que "los
fósiles pueden ser bastante difíciles de interpretar y el 'Saccorhytus' no es
una excepción. Tuvimos que utilizar un sincrotrón, un tipo de acelerador de
partículas, como base para nuestro análisis de los fósiles".
Los modelos digitales mostraron que los poros alrededor de
la boca estaban cerrados por otra capa del cuerpo que se extendía a través,
creando espinas alrededor de la boca. "Creemos que éstas habrían ayudado
al 'Saccorhytus' a capturar y procesar sus presas", sugiere Huaqiao Zhang,
del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing (China).
Los investigadores creen que el 'Saccorhytus' es en realidad
un ecdysoszoo: un grupo que contiene artrópodos y nematodos. "Consideramos
muchos grupos alternativos con los que el 'Saccorhytus' podría estar
emparentado, como los corales, las anémonas y las medusas, que también tienen
boca pero no ano", explica el profesor Philip Donoghue, de la Facultad de
Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol, que codirigió el estudio.
La falta de ano del 'Saccorhytus' es una característica
intrigante de este microscópico y antiguo organismo. Aunque la pregunta que
salta a la vista es la ruta alternativa de los desechos digestivos, esta
característica es importante por una razón fundamental de la biología
evolutiva. La forma en que surgió el ano contribuye a la comprensión de cómo
evolucionaron los planes corporales de los animales. Trasladar al 'Saccorhytus'
del deuterosoma al ecdisozoo significa eliminar el ano que desaparece de la
historia del deuterosoma y añadirlo a la del ecdisozoo.
"Este es un resultado realmente inesperado porque el
grupo de los artrópodos tiene un intestino pasante, que se extiende desde la
boca hasta el ano. La pertenencia del 'Saccorhytus' al grupo indica que ha
retrocedido en términos evolutivos, prescindiendo del ano que habrían heredado
sus antepasados", afirma Shuhai Xiao, de Virgina Tech (Estados Unidos),
que ha codirigido el estudio.
"Todavía no sabemos la posición precisa del
'Saccorhytus' dentro del árbol de la vida, pero puede reflejar la condición
ancestral a partir de la cual evolucionaron todos los miembros de este grupo
tan diverso", reconoce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario