Hasta ahora se creía que era una simple roca rellena de ágata
Un titanosaurio en un pantano. / Kost |
Así lo cuenta la protagonista de esta historia en declaraciones al Museo de Historia Natural de Londres, donde recuerda cómo se
produjo este curioso hallazgo: "Estaba caminando por una feria hasta que
un comerciante me mostró un huevo de dinosaurio agatizado, completamente
esférico, que tenía una capa delgada y ágata oscura en su interior". Algo
que llevó a Hansen a recordar aquel mineral con el que había trabajado varios
meses atrás en una de las últimas exposiciones del museo: "Ese fue el
momento en que pensé: '¡Un momento, esto se parece mucho al que acabamos de
poner en exhibición en el Museo!".
La roca era en realidad un huevo de dinosaurio
Tras este hallazgo de lo más casual, Hansen volvía al museo
y ofrecía la roca de ágata que llevaba 175 años en el museo a los expertos en
dinosaurios del mismo, el profesor Paul Barrett y la doctora Susannah Maidment,
para que determinaran a través de distintas pruebas si era un huevo de
dinosaurio o un simple mineral. Después de examinar esta roca de cerca, ambos
llegaron a la conclusión de que tenía el tamaño y la forma adecuados para ser
un huevo de dinosaurio. Más aún si tenemos en cuenta que la capa delgada alrededor
del ágata parecía una cáscara.
Desde entonces, el equipo ha estado realizando todo tipo de
pruebas para ver qué tipo de huevo tenían entre sus manos. Tras llevar a cabo
una tomografía computarizada del huevo, los investigadores llegaron a la
conclusión de que la densidad del ágata impedía detectar ningún detalle con
precisión. No obstante, la cáscara y el hecho de que el aspecto del exterior de
la roca sugiriera que otros dos grandes objetos esféricos habían estado
agrupados cerca de él durante miles de años, lo que podrían ser otros huevos de
la nidada, llevaban a los expertos a pensar en que realmente era un huevo de
dinosaurio.
Los investigadores descubren que es un huevo de titanosaurio
Después de consultar nuevamente sus características
generales, y descubrir que tiene unos 60 millones de años a través de numerosas
pruebas, estos llegaron a la conclusión de que se trataba de un huevo de un
dinosaurio muy especial: el titanosaurio de China y Argentina. Dado que por
aquel entonces había muchos titanosaurios en India, donde se produjo el
hallazgo, los investigadores han llegado a la conclusión de que es un huevo de
esta misma especie que destacaba por su tamaño. Y es que, a pesar de que el huevo
apenas tiene 15 centímetros de alto, los titanosaurios crecían hasta 37 metros
de largo y tenían un peso aproximado de 57 toneladas.
Algo que llevaba a Robin Hansen a ahondar más en el hallazgo
de este huevo que acabó en el museo. Tras consultar los documentos internos de
la pinacoteca, esta descubrió que fue recogido por un tal Charles Fraser, que
vivió en India entre 1817 y 1843. Dado que fue recolectado 80 años antes de que
los huevos de dinosaurio fueran reconocidos científicamente por primera vez,
nunca nadie pudo llegar a determinar que se trataba de un huevo de
titanousarios por aquel entonces. De esta manera, y dado que por aquel entonces
ni tan siquiera se habla sobre dinosaurios, este huevo ha pasado a ser uno de
los más antiguos descubiertos hasta la fecha.
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