Los dinosaurios alguna vez vagaron entre Australia y América del Sur a través de una tierra helada, así lo confirma un nuevo estudio del Museo Australiano de la Edad de los Dinosaurios.
Dichos hallazgos confirman que, en algún punto, los
continentes más distantes se vincularon.
Un dinosaurio intercontinental
Los dinosaurios saurópodos son fascinantes para los
paleontólogos. No solo por su anatomía, sino también por su estilo de vida.
Preferían los climas más cálidos y a menudo recorrían largas distancias en
busca de comida, aspectos que los hacen sujetos de estudio perfectos.
Sin embargo, todavía no se ha encontrado un fósil completo
de saurópodo. Solo tenemos extremidades, costillas y cráneos repartidos por
todo el mundo. Algo que se consideraba un obstáculo, hasta que apareció este
extraño ejemplar en Australia.
Cráneo del saurópodo Ann / Créditos: Science Alert |
Los huesos del cráneo se encontraron a unos dos metros bajo
la superficie, dispersos en un área de unos nueve metros cuadrados. Faltaba
gran parte del lado derecho de la cara, y muchos de los huesos mostraban signos
de pisoteo post mortem. Sin embargo, la mayor parte del lado izquierdo estaba
presente. Esto permitió observar en una computadora las características
internas de cada hueso.
Fue entonces cuando notaron que Ann tenía dientes de
reemplazo dentro de un hueso en el hocico. Curiosamente, piezas dentales muy
similares a las encontradas en América.
“Este nuevo cráneo confirma que los dos saurópodos eran parientes cercanos. Hueso por hueso, los cráneos de Diamantinasaurus y Sarmientosaurus son extremadamente similares”.
Esteban Poropat, investigador en la Universidad de Curtin
Por lo tanto, el primer saurópodo que encontraron en
Australia podría ser oriundo de alguna parte de América del Sur.
Más sobre “Ann”
Detalles en la mandíbula hallas en Australia / Créditos: Royal Society |
El cráneo más similar al de Ann fue el de Sarmientosaurus
musacchioi, que vivió en América del Sur hace unos 95 millones de años. Es
decir, aproximadamente en la misma latitud (50°S) que el Diamantinasaurus matildae.
Así que todo parece indicar que ambas especies convivieron en la misma época,
cuando el clima era extremadamente cálido incluso para los estándares del
Cretácico.
Los Diamantinasaurus eran “titanosaurios», unos de los
animales terrestres más grandes que jamás hayan existido. Se dice que fueron
los únicos saurópodos que vivieron hasta el final del Período Cretácico, cuando
la era de los dinosaurios llegó a su fin, pero se desconoce la razón. Entonces,
puede que estos gigantes escamosos hayan atravesado los frondosos bosques
americanos para llegar a latitudes más frías.
También podrían haber migrado huyendo de los dinosaurios
carnívoros. Después de todo, el cráneo de Ann conserva varias marcas de
mordeduras de feroces terópodos.
Sea cual sea el motivo, una cosa es segura: los saurópodos
vagaron entre Australia y América del Sur hace decenas de millones de años.
Referencias:
'A nearly complete skull of the sauropod dinosaur Diamantinasaurus matildae from the Upper Cretaceous Winton Formation of Australia and implications for the early evolution of titanosaurs': https://doi.org/10.1098/rsos.221618
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