REGUMIEL DE LA SIERRA
Se alza en pleno corazón de la comarca de Pinares, en el
linde con Soria, donde la naturaleza no marca fronteras
Una enorme reproducción de un dinosaurio preside la zona de las icnitas. L. G. L. |
Esta cortina de hielo se ha convertido en uno de los mayores
espectáculos del invierno en la comarca de Pinares y cada año está cobrando
mayor popularidad. Una fama merecida por su belleza que comparte con otros
saltos de agua de la comarca en los que las bajas temperaturas esculpen formas
mágicas, difíciles de imaginar con los calores con los que se despide este mes
de abril.
El agua, el monte, la naturaleza y los paisanos de los
Pinares completan un cuadro completamente interconectado que se perpetúa desde
hace generaciones.
La cortina de hielo de la cueva de Covarnantes. Aurelio Andrés |
Regumiel es Pinares por los cuatro costados. Sus costumbres, sus fiestas, sus dichos y hasta sus gustos gastronómicos se comparten a ambos lados de la frontera con Soria. Pero, a diferencia de otros pueblos, Regumiel alcanzó la fama gracias a los enormes seres vivos que habitaron los milenarios bosques de la comarca. Este es el pueblo de las icnitas.
Una palabra científica que se ha colado en nuestro diccionario gracias, entre otros, a la difusión que se ha dado del yacimiento de Regumiel, donde se aprecia clarísimamente las huellas de los extintos dinosaurios en uno de los típicos afloramientos rocosos de la zona. Abundan este tipo de rocas que brotan de la tierra como gigantes encorvados y formar paisajes que son reclamos para los turistas, como en el vecino Duruelo y su Castroviejo. Pero en Regumiel hay un paraje que se ha convertido en una ventana al pasado gracias a los dinosaurios y atrae a los visitantes todo el año.
Al igual que en sus vecinos de la zona, el pueblo es el dueño del monte
Las famosas icnitas, huellas de dinosaurio fosilizadas. L. G. L. |
Regumiel es un pueblo antiguo. Ya hay vestigios de su pasado
en el el año 1213, cuando pasó a pertenecer al Señorío Abadengo del Monasterio
de San Pedro de Arlanza.
Al igual que en sus vecinos de comarca, el pueblo es el
dueño del monte. Entendiendo el pueblo por sus vecinos, no su ayuntamiento. Fue
el rey Fernando III quien otorgó una carta puebla entregando y garantizando el
derecho a los aprovechamientos forestales a todos los nuevos pobladores de este
territorio. Y a sus descendientes.
Regumiel es Pinares por los cuatro costados y presume de serlo
De ahí procede la suerte de pinos de la que se benefician los vecinos que residen en el pueblo y son titulares de ese derecho. La madera, como no podría ser de otra forma, en un pueblo en el que el pino silvestre que ocupa más del 92% de su territorio, es el principal recurso económico de Regumiel, así como la piedra arenisca, el transporte y el turismo. Un pueblo como Dios manda y en Pinares, donde Dios puso lo mejor de la creación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario