El hallazgo en Australia de 'Palaeospondylus australis', un pez fósil de 400 millones de años, conecta continentes y reescribe la historia de los vertebrados.
Este hallazgo en el yacimiento de Cravens Peak, en el corazón del desierto de Queensland, tiene un impacto significativo en la paleontología global. Este pez, de apenas unos centímetros, vivió hace unos 400 millones de años en un ambiente marino que hoy es una vasta extensión de arena roja. Más sorprendente aún, es que su pariente más cercano, Palaeospondylus gunni, fue encontrado en Escocia hace más de un siglo, en condiciones de preservación completamente distintas.
Del polvo del tiempo a la tridimensionalidad
El descubrimiento de los fósiles de Palaeospondylus australis en Australia es particularmente valioso debido a su estado de conservación. Mientras que los especímenes escoceses estaban aplastados por la presión de millones de años, los restos australianos permanecieron en un estado tridimensional, permitiendo a los paleontólogos estudiar su estructura con un detalle sin precedentes.
![]() |
Los especímenes de Palaeospondylus gunni se encontraron completamente aplastados, lo que ha dificultado enormemente su análisis detallado. Foto: Queensland Museum |
Una distribución global y misteriosa
¿Cómo es posible que esta especie se haya encontrado en puntos tan distantes del planeta como Escocia y Australia? Los expertos creen que, aunque los fósiles solo han sido encontrados en estos lugares, Palaeospondylus pudo haber tenido una distribución mucho más amplia. Sin embargo, las condiciones necesarias para preservar sus delicados huesos eran extremadamente específicas. En Escocia, los fósiles se formaron en depósitos de agua dulce con influencias marinas ocasionales, mientras que en Australia se originaron en un entorno marino somero.
Esto plantea preguntas fascinantes sobre los ecosistemas de la Tierra en el período Devónico, una época conocida como "la era de los peces" debido a la explosión de la diversidad acuática. La conexión entre estos dos yacimientos sugiere que Palaeospondylus habitó un mundo acuático mucho más interconectado de lo que se había pensado anteriormente.
Una pieza clave en la evolución de los vertebrados
El análisis de los fósiles australianos no solo nos descubre el pasado de esta especie, sino que también reescribe partes importantes de la historia evolutiva de los vertebrados. Las características anatómicas de este fósil lo sitúan cerca de los ancestros de los tiburones modernos, aunque con una mezcla de rasgos que parecen propios de peces aún más primitivos.
![]() |
A partir del hallazgo en el centro de Australia, se generaron modelos tridimensionales del diminuto neurocráneo para su estudio detallado. Foto: Carole Burrow |
Lo que aún no sabemos
A pesar de los avances, Palaeospondylus sigue siendo una criatura envuelta en incógnitas. Su ausencia de un esqueleto externo y escamas plantea la posibilidad de que representara una rama lateral del árbol evolutivo de los vertebrados, una línea que eventualmente se extinguió. También se desconoce cómo se alimentaba o reproducía, dejando espacio para nuevas investigaciones y debates científicos.
Lo que es seguro es que el hallazgo en Australia, publicado recientemente en la prestigiosa revista National Science Review, marca un antes y un después en la comprensión de esta enigmática criatura. Con fósiles tan bien preservados, los investigadores tienen la oportunidad de resolver preguntas que han permanecido abiertas desde que Palaeospondylus gunni fue descrito por primera vez en 1890.
Un puente entre épocas y disciplinas
El estudio de Palaeospondylus australis no solo amplía nuestro conocimiento sobre la evolución de los vertebrados, sino que también destaca la importancia de los fósiles como herramientas para entender el pasado remoto de nuestro planeta. Este pequeño pez, olvidado durante cientos de millones de años, nos recuerda que incluso las criaturas más pequeñas pueden jugar un papel crucial en los grandes relatos de la historia natural.
A medida que se desentrañan más detalles sobre esta especie, queda claro que Palaeospondylus no es solo un vestigio de tiempos antiguos, sino también una clave para comprender cómo la vida compleja logró prosperar y diversificarse en la Tierra.
Referencias:
Carole J Burrow, Gavin C Young, Jing Lu, A 3D braincase of the early jawed vertebrate Palaeospondylus from Australia, National Science Review, 2024;, nwae444, DOI: 10.1093/nsr/nwae444
No hay comentarios:
Publicar un comentario