El ejemplar se llama 'Carentonosaurus', y se cree que vivió en la era Cretácica
Imagen recreada del fósil encontrado |
Nunca hubieran imaginado los habitantes de Pinilla del
Valle que iban a estar en boca de todos. En este pequeño municipio de 205
habitantes en la sierra madrileña, se han encontrado los restos óseos de un
reptil que data de hace 85 millones de años, el Carentonosaurus. Todo un
hallazgo. Se sabe que es un reptil marino y que tan solo existen cuatro en todo
el mundo. Su nombre se debe a la región francesa de Charente, que fue donde se
encontró por primera vez en los años noventa.
Las excavaciones que han dado como resultado encontrar
este fósil, comenzaron en Pinilla del Valle en el 2002 por el Museo
Arqueológico Regional. Realmente buscaban otras cosas relacionadas con los
Neandertales, para saber cómo convivían con los animales y encontrar posibles cuevas,
en las que hallar más fósiles. Al final el resultado ha sido este fósil de la
era Cretácica.
Se puede decir que el Carentonosaurus está más cerca de
pertenecer a las serpientes que a los cocodrilos, y con quien más se asemeja es
con la iguana de las islas Galápagos. Todo lleva a pensar y así lo afirman los
investigadores, que Madrid por aquél entonces, hace 85 millones de años, era un
archipiélago, con un clima tropical y la profundidad de sus aguas era variable.
Se conocía de aquella era, que existían los tiburones y rayas prehistóricas,
así como reptiles marinos, grupo al que debía pertenecer el encontrado en
Pinilla del Valle. De ahí, que sea tan interesante excavar por las zonas en
busca de hallazgos que nos puedan acercar más a esa etapa que pasaba del
Cretácico a la era terciaria.
Ya en los años setenta se excavaba en busca de posibles
restos por la zona de estos yacimientos, hallándose en aquél entonces unos
huesos de forma casual al moverse una rocas. Un estudiante que pasaba por la
zona los encontró y llevó a la Universidad Complutense, iniciando así la
búsqueda hasta el día de hoy. De aquella era, se tenía conocimiento de la
flora, fauna y plantas, pero todavía no se sabía nada de seres vivos que
habitaran en aquel mar que hoy llamamos Madrid.
Ahora toca, seguir excavando para intentar hallar más
restos.
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