Luis Escobar / Sucre
La huella de 1,15 metros de un Terópodo Abelisaurio -muy
parecido al Tiranosaurio rex- asombró a paleontólogos por ser la más grande del
mundo. La marca de hace 80 millones de años hoy puede ser apreciada por
cualquier turista que se aventure a un viaje de cuatro horas y una caminata
desde la ciudad de Sucre.
El viaje comienza en la ciudad de Sucre por el camino
pavimentado hacia Ravelo, luego se debe desviar por una vía de tierra hasta la
comunidad de Potolo. En el camino, se levanta la Capilla de piedra dedicada a
la Virgen de Chataquilla cuya fiesta se realiza cada 15 de septiembre; y
también se recuerda que en este sitio Tomás Katari fue herido de muerte.
El líder indígena fue apresado en Kila Kila en 1781 y
mientras pasaba por este lugar un grupo de indígenas intentó liberarlo y sus
captores decidieron "despeñarlo”, como relatan los guías turísticos. Dos
días después, el 15 de enero del mismo año falleció.
El camino serpenteante de tierra desciende hasta poder
apreciar el "Cráter de Maragua”. Esta abertura tiene un diámetro de
aproximados cuatro kilómetros y presumen que se habría formado por el impacto
de un meteorito. En medio se instaló la cultura Jalq’a.
La travesía continúa hasta llegar a la comunidad de Potolo
donde se edificó el "Centro de Interpretación del Tejido”. En el lugar,
maniquíes muestran a los turistas la forma en que los comunarios hilaban y
tejían su vestimenta típica. Este espacio, además, presta cobijo hasta 25
personas, es administrado por los comunarios y tiene las primeras huellas de
dinosaurios en piedra.
Las huellas de dinosaurios
El paleontólogo argentino Sebastián Apesteguía posa junto a
la huella más grande
de dinosaurios de este tipo en el mundo, en Sucre,
Bolivia. ATLAS
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En lo alto del cerro, se pueden apreciar las centenares de
huellas que dejaron especies como los Saurópodos animales herbívoros con cola y
cuellos gigantes que les permitían alcanzar las hojas más altas, de ornitópodos
más pequeños y de gran velocidad, de anquilosaurios con una coraza cubierta de
varios cuernos para defensa personal y un ceratópodo que es de la familia del
tricératopo de tres cuernos.
Los descubrimientos comenzaron a partir de 1995 y se sumaron
otros en 1998 hasta volver a Chuquisaca en el reservorio de huellas más
importante de la región. Estas se quedaron plasmadas en el barro y luego de
millones de años se fueron petrificando y cubriendo con tierra. Ésta última
capa se desprendió para dejar ver estas imponentes marcas.
En este lugar, se halló la marca del Terodópodo de grandes
patas, cabeza enorme y una mandíbula llena de dientes afilados que dejó la
huella de 1,15 metros y se la considera como la más grande del mundo. El
reciente descubrimiento se halla en medio de centenares de huellas que dejaron
dinosaurios en al menos 12 kilómetros de largo.
A diferencia de las que se preservan en el parque Cretácico
de Sucre; que se encuentran con una inclinación entre 50 y 55 grados; las
huellas del sector de los Chulpas están a 15 grados lo que permiten apreciarlas
de mejor forma. "Están cerca, pero recomendamos a los turistas no tocarlas
para mantener la figura original”, declaró el director de Turismo de la
Alcaldía de Sucre, Juan Carlos Daza.
Por lo alejado del lugar, el funcionario recomendó a los
turistas visitar la zona con un guía especializado. "Lo recomendable es
contratar una agencia para tener un guía, transporte y todo lo necesario. En
Sucre hay diferentes ofertas y varían entre ellas”, explicó.
La Alcaldía informó que los investigadores bolivianos,
además, descubrieron muy cerca de Nuñu Mayu un posible nido o al menos, una
concavidad donde los dinosaurios se revolcaban. A esta conclusión llegaron por
las las marcas de las garras que dejaron alrededor y en la que se puede
apreciar la de una cría de anquilosaurios.
En la comarca conocida como "Q’ellu Qhata” (Bajada
amarula), se encuentran a simple vista restos óseos de cocodrilo a nivel del
suelo que no fueron extraídos para
evitar conflictos con los ayllus, informó el director de turismo de la alcaldía
de Sucre, Weimar Ramallo.
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