A pesar de que sus antepasados lucieron plumas,
Tyrannosaurus rex probablemente tuvo piel escamosa, según evidencia fósil que
asemeja la piel del enorme depredador con la de los reptiles modernos.
SCOTTROBERTANSELMO/WIKIMEDIA
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Durante su evolución, esta especie pudo haber abandonado sus
plumas porque ya no necesitaba aislamiento cuando alcanzó proporciones
gigantescas, proponen los científicos en un nuevo estudio.
Si la piel del T. rex tenía escamas, plumas o ambos, ha sido
durante mucho tiempo un misterio, en gran parte debido a la falta de evidencia
fósil.
Se han identificado plumas primitivas en algunos miembros del
grupo de los tiranosaurios, lo que ha llevado a la especulación de que el
acnestral depredador también lucía plumas.
En una nueva investigación, investigadores analizaron las
impresiones de la piel de un esqueleto de T.rex conocido como Wyrex,
desenterrado en Montana. También investigaron restos de ejemplares que vagaban
durante el Cretácico Superior en Asia y otras partes de América del Norte,
incluyendo Albertosaurus y Gorgosaurus.
Los restos de piel del cuello, la pelvis y la cola de Wyrex
muestran una piel escamosa y reptiliana, según un equipo dirigido por el doctor
Phil Bell de la Universidad de Nueva Inglaterra, Australia.
En su artículo publicado en la revista Biology Letters,
dicen que el tegumento fósil (cubierta exterior) de T.rex y otros miembros del
grupo confirman que "estas formas de cuerpo grande poseían escamosa piel
reptiliana", informa la BBC.
Los Tiranosaurios fueron temibles depredadores durante la
última parte del Cretácico, hace 85 a 65 millones de años. Eran conocidos por
sus dientes afilados, pequeños ojos y pequeños miembros inferiores (brazos). El
grupo incluye Albertosaurus, Gorgosaurus, Daspletosaurus, Tarbosaurus, así como
el icónico T. rex.
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