UN HALLAZGO QUE LLENA UNA BRECHA EVOLUTIVA
El científico argentino que participó en el descubrimiento
del Teleocrater disertará hoy en el Museo
Durante décadas, los científicos pensaron que los primeros
parientes de los dinosaurios tenían un tamaño relativamente pequeño y caminaban
en dos patas, como los actuales pájaros. Pero en abril pasado, la publicación
de un hallazgo en torno a un fósil de 245 millones de años probó que no era
así. Uno de los autores de ese descubrimiento, el palentólogo argentino Martín
Ezcurra, visitará hoy el Museo de Ciencias Naturales de La Plata para compartir
los detalles de ese trabajo que vino a llenar una brecha en la historia de la
evolución.
Investigador del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias
Naturales Bernardino Rivadavia, el doctor Martín Ezcurra participó del estudio
internacional publicado en la prestigiosa revista Nature que dio cuenta del
hallazgo del Teleocrater rhadinus. “Se trata del miembro más antiguo del linaje
de los dinosaurios y un descubrimiento que plantea una nueva hipótesis acerca
de su origen y evolución temprana; de ahi el interés para la comunidad
científica y el público en general”, señalaron los organizadores del evento,
previsto para las 11:30 en el auditorio de la Facultad.
El “Teleocrater rhadinus” era un plantígrado de tres metros
de largo; que caminaba en cuatro patas, del que se encontró una articulación
ancestral del tobillo compartida por cocodrilos y aves, la que cambia un viejo
paradigma científico sobre el origen de los dinosaurios.
“Esa articulación del tobillo se usó durante muchos años
para diferenciar dos grupos principales: el linaje de los cocodrilos y el
linaje de las aves. Nosotros, mostrando que este tipo de articulación ancestral
es tanto para cocodrilos como para aves, cambiamos un paradigma de hace más de
50 años. El hallazgo obliga a revisar ahora en qué momento se da la transición
entre la articulación cocodrileana y la articulación que tienen las aves hoy”,
comentó.
“La evidencia que pudimos colectar en Tanzania en 2015 nos
ayudó a conocer cómo era la morfología de este nuevo animal, aunque (el
científico británico Alan) Charig tenía mucha evidencia disponible y ya en 1956
era considerado un animal muy novedoso y único dentro de los que se conocían”,
relató Ezcurra.
No obstante, “nuestro trabajo fue casi empezar de cero
teniendo en cuenta lo que había hecho Charig, que es uno de los autores del
trabajo que se publica 20 años después de su muerte, para ponerlo a Teleocrater
en el contexto actual, incorporar la nueva información y utilizar las técnicas
modernas para poder dilucidar con quiénes estaba emparentado y su relevancia
dentro del origen de los dinosaurios”, comentó el investigador del CONICET.
Para la investigación, Ezcurra estuvo en India, Rusia y
Alemania -donde está el otro ejemplar de los Alphanosaurios-, y vio el fémur
hallado en 1933 entre otros fósiles originales de Teleocrater que estudió
Charig.
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