Un grupo de paleontólogos argentinos realizó un hallazgo que
puede cambiar la forma de concebir a estos gigantes.
CC BY-SA 2.0 / Julian Johnson / Gorgosaurus
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Los dinosaurios fueron enormes reptiles que habitaron
nuestro planeta hace millones de años.
Fue el único animal vertebrado que logró grandes dimensiones, una
característica que todavía es una incógnita para el mundo científico, que
desconoce en qué momento se dio el gigantismo. Pero hoy un grupo de
investigadores argentinos parece estar más cerca que nunca de descifrar este
enigma.
La clave para entender esta evolución se encuentra en el
hallazgo de una serie de fósiles: 30 huevos, un bebé y un ejemplar juvenil de
un dinosaurio herbívoro primitivo que vivió aproximadamente hace 200 millones
de años en la Patagonia.
Estos restos fueron hallados por un equipo de paleontólogos
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, el CONICET de
Argentina, y el Museo Paleontológico Egidio Feruglio en Trelew, Chubut.
Diego Pol, paleontólogo especialista en vertebrados e
investigador de este grupo, explicó a Sputnik cómo comenzó este hallazgo.
"El proyecto surgió hace unos 15 años. La idea era explorar una localidad
en el sur de la Patagonia, en la provincia de Santa Cruz. Después de varios
años explorando la región encontramos restos de dinosaurios, huevos completos y
fragmentados. Dentro de algunos había restos de embriones, de pequeños
dinosaurios que por alguna razón quedaron sepultados generando las condiciones
para que comience el proceso de fosilización", dijo.
El paleontólogo argentino agregó que lo importante de tener
este tipo de restos en diferentes etapas de la vida del dinosaurio es que
permiten conocer en qué momento pudieron desarrollar un tamaño gigante, que
sobrepasó a todo animal terrestre.
"Entender el gigantismo requiere saber cómo crecían estos animales, su velocidad de crecimiento. Para eso necesitamos tener diferentes estadios del crecimiento en la vida de la especie. Acceder a fósiles que nos permiten saber cómo era cuando eran pichones, jóvenes, y adultos es un paso fundamental. Conocer cómo eran los embriones dentro del huevo completa la historia de vida de la especie de este dinosaurio", indicó.
Por primera vez todos estos fósiles únicos e inusuales
viajaron desde Argentina hasta la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón,
en Grenoble, Francia, para ser estudiados. En este centro se encuentra la
tecnología necesaria para realizar un tipo de análisis más preciso.
"Los fósiles son especímenes únicos con chances muy bajas de preservación. En Francia los estudiamos con un aparato que se llama sincrotrón, un acelerador de partículas que genera rayos X de una alta energía para ver el interior de los fósiles sin dañarlos. En el interior del huevo encontramos el esqueleto del pequeño dinosaurio que se estaba formando dentro. Pudimos reconstruir en tres dimensiones cada uno de sus huesos con una resolución espectacular", destacó Pol.
Además pudieron observar características de la especie hasta
el momentos desconocidas y extraer conclusiones. El acceso en detalle a la
dentición y la mecánica masticatoria de las mandíbulas brindó más información
sobre cuándo este animal logró un tamaño tan grande.
"Eran especímenes totalmente adaptados a los hábitos alimenticios herbívoros. Estas especies son las que desarrollaron los tamaños más grandes, y por supuesto conocer la dentición nos da información sobre qué tipo de alimentación tenían. Es un paso fundamental par entender cómo se convirtieron en gigantes", explicó.
El científico argentino detalló que ese crecimiento sucedió
hace unos 200 millones de años. En principio algunas adaptaciones a la dieta
herbívora fueron fundamentales. Ser capaz de capturar un cantidad de alimentos,
y por lo tanto de energía del ambiente, requirió un aparato masticatorio y
digestivo muy sofisticado. "La materia vegetal es mucho más difícil de
asimilar que las fibras animales. Por eso creemos que el desarrollo tanto del
sistema digestivo como de la dentición tienen que haber sido clave para
entender el gigantismo", sostuvo Pol.
Aún falta conocer mucho más de estas enormes criaturas y por
eso la investigación continúa. Aún faltan realizar interpretaciones de datos
recogidos durante el estudio del sincrotrón. Pero también será fundamental lo
que se pueda aprender de las nuevas expediciones al terreno.
"La Patagonia es uno de los mejores lugares del mundo para la búsqueda de fósiles, en particular de dinosaurios. En todas las expediciones se encuentran restos. Confiamos en que estos registros sigan apareciendo y nos sigan dando información del pasado de una región muy particular del mundo", concluyó.
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