El nuevo género y especie Aquilarhinus palimentus fue un
dinosaurio 'pico de pato' que vivió hace unos 80 millones de años. Este
hadrosáurido ha sido bautizado así por su nariz aquilina y su mandíbula ancha,
con forma de dos paletas colocadas una junto a la otra. El cráneo, hallado en
el Big Bend National Park (Texas, EE UU) en los años 80, ha permitido la
descripción de la nueva especie.
Reconstrucción del aspecto en vida de Aquilarhinus. / ICRA
Art / Institut Català
de Paleontologia Miquel Crusafont
|
En la década de los años 80, el profesor de la Universidad
de Texas Tech, Tom Lehman, estaba realizando una investigación sobre las capas
de roca en Rattle Snake Mountain y descubrió unos huesos muy deteriorados. Con
la ayuda de otros miembros de la Universidad de Texas (Austin) los
recolectaron, pero algunos estaban pegados, por lo que fue imposible
estudiarlos.
Una posterior investigación realizada en la década de los 90
reveló una cresta nasal arqueada que se consideraba un carácter distintivo del
hadrosáurido Gryposaurus. Al mismo tiempo, se observó una peculiar morfología
de la mandíbula inferior. Sin embargo, el espécimen pasó varios años esperando
una descripción completa y no fue hasta un análisis reciente que los
investigadores se dieron cuenta de que el espécimen era más primitivo que
Gryposaurus y que los dos grupos principales de dinosaurios 'pico de pato'.
“Este nuevo animal es uno de los hadrosauridos más
primitivos conocidos y, por lo tanto, puede ayudarnos a comprender cómo y por
qué evolucionó la ornamentación en sus cabezas, así como desde dónde evolucionó
y emigró el grupo inicialmente”, dice el autor principal, Albert Prieto-Márquez
del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP). “Su existencia da
soporte a la cada vez más popular hipótesis, todavía no confirmada, de que el
grupo apareció en la zona sureste de los Estados Unidos”.
Los dinosaurios 'pico de pato', conocidos científicamente
como hadrosáuridos, fueron los dinosaurios herbívoros más comunes al final del
Mesozoico. Todos tenían un hocico de aspecto similar, con una parte frontal de
las mandíbulas en forma de “U” que sostenía un pico ahuecado que usaban para
cortar las plantas de las que se alimentaban.
La presencia de esta cresta sólida apoya la hipótesis que todas las crestas derivan de un ancestro común que tenia una cresta muy simple
El origen de la cresta
Esta morfología particular nos permite imaginar a este
dinosaurio hace unos 80 millones de años paleando sedimentos húmedos para
recoger las plantas acuáticas de las marismas de un antiguo delta, donde hoy se
encuentra el desierto de Chihuahua. Cuando el dinosaurio murió, algunos de sus
huesos fueron transportados río abajo por la marea y quedando escondidos entre
la vegetación. El flujo diario de la marea los fue cubriendo y permitió su
fosilización.
Cuerpo de 'Aquilarhinus'. / ICRA Art Institut Català de
Paleontologia
Miquel Crusafont
|
Al analizar la mandíbula y otras características del
espécimen los investigadores vieron que no encajan con la de los saurolófidos,
el grupo principal de dinosaurios 'pico de pato'. Aquilarhinus es más primitivo
que este grupo, lo que sugiere que podría haber existido un mayor número de
linajes que los reconocidos actualmente y que se desarrollaron antes de que se
produjese la gran radiación que dio lugar a la increíble variedad de formas de
sus crestas (sin adornos, sólidas, huecas...) que se observa en este grupo.
Mientras que la mayoría de los saurolófidos tenían crestas
craneales óseas de muchas formas y tamaños diferentes, la de Aquilarhinus era
simple, con forma de joroba. La presencia de esta cresta sólida más allá de las
que aparecieron durante la gran radiación de los hadrosáuridos apoya la
hipótesis que todas las crestas derivan de un ancestro común que tenía una
cresta muy simple.
Referencia bibliográfica:
Albert Prieto-Márquez, Jonathan R. Wagner & Thomas
Lehman (2019): "An unusual ‘shovel-billed’ dinosaur with trophic
specializations from the early Campanian of Trans-Pecos Texas, and the
ancestral hadrosaurian crest" Journal of Systematic Palaeontology,
DOI:10.1080/14772019.2019.1625078
No hay comentarios:
Publicar un comentario