Rodrigo Otero, investigador de la Red Paleontológica de la
Universidad de Chile, realizó el hallazgo y estudio de los restos que
permitieron identificar al tercer grupo de mosasaurios encontrados en nuestro
país, después de los halisaurinos y los tylosaurinos. El fósil, correspondiente
a una vértebra de mosasaurino, fue descubierto durante una campaña realizada en
el año 2014 a la Isla Quiriquina, en la Región del Biobío, una zona que aún
guarda muchos secretos paleontológicos.
Ilustración de un Kaikaifilu hervei, un tipo de mosasaurio tilosaurino emparentado con el ejemplar de mosasaurino descubierto en isla Quiriquina. |
El registro de mosasaurios en Chile aún es escaso y se
restringe al Maastrichtiano, edad correspondiente al fin del período Cretácico,
entre 66 y 72 millones de años atrás. Hasta ahora, en territorio chileno, se
conocía la presencia de no más de 10 ejemplares muy fragmentarios de estos
reptiles marinos, especímenes que pertenecen a dos grupos: halisaurinos y
tylosaurinos. Uno de los hallazgos más importantes de este último grupo
corresponde al Kaikaifiu hervei, una nueva especie descubierta en el 2010 por
científicos de la Universidad de Chile en la isla Seymour, en la Península
Antártica. Uno de los integrantes de este equipo, el paleontólogo Rodrigo
Otero, ahora dio a conocer la presencia de un nuevo grupo de mosasaurios en nuestro
país, el tercero en Chile: los mosasaurios mosasaurinos.
El hallazgo y estudio de la pieza fósil fue realizado por el investigador de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, Rodrigo Otero. |
El investigador de la Red Paleontológica de la Universidad
de Chile explica que los restos vienen de rocas de unos 66 millones de años,
poco antes del evento de extinción masiva que acabó con los grandes dinosaurios
no avianos, y corresponde a una vértebra aislada de la cola, justo donde
comienza a formarse una suerte de aleta caudal. Las características del fósil
permitieron identificar su relación con la subfamilia de los mosasaurinos, pero
la falta de otros elementos esqueléticos, por ahora, impide determinar qué
especie es en particular. Sin embargo, en el estudio publicado por la revista Cretaceous Research, Otero plantea que el espécimen muestra rasgos comunes con
mosasaurinos como Clidastes y Moanasaurus.
“Es difícil asegurar la edad individual de este mosasaurio
con una sola vértebra. Sin embargo, los procesos transversos, los pedicelos
hemales y los caudales, se encuentran todos bien fusionados al centro, lo que
en conjunto sugiere su pertenencia a un adulto. El tamaño de este espécimen
también es difícil de estimar. Como aproximación, podemos considerar que las
vértebras caudales terminales de Mosasaurus hoffmanni (un mosasaurino bien
conocido) miden unos 5 a 6 cm de largo, y su cráneo es de unos 1,2 metros de
largo. La vértebra de Isla Quiriquina tiene 3,25 cm de largo, lo que toscamente
sugiere un cráneo de unos 50 o 60 cm, y -en consecuencia- el cuerpo podría
haber alcanzado unos 4 a 5 metros de longitud”, detalla.
Una nueva pieza del Cretácico en Chile
Rocas de "tempestita" en Bahía Las Tablas, zona donde fue hallado el fósil de este mosasaurino. Esta formación aún mantiene muchos restos paleontológicos por recuperar, afirma Rodrigo Otero. |
La pieza fue encontrada en un tipo de roca conocida como
"tempestita", formada por la acumulación de sedimentos y restos
orgánicos a causa de mareas de alta energía. “Estos depósitos arrastran
diversos organismos que habitaron la plataforma marina somera. De este modo,
sabemos que este mosasaurino coexistió con elasmosaurios afines a Aristonectes,
con tortugas del género Euclastes, y con una diversidad de tiburones, rayas y
quimeras”, agrega Rodrigo Otero, quien sostiene que aún hay muchos fósiles por
recuperar en esta localidad. Asegura, además, que en las aguas de la cuenca de
Arauco -hace más de 66 millones de años- habitaba una multiplicidad de
distintos lagartos marinos.
En Sudamérica, a la fecha, existen registros de este grupo
de mosasaurios en el Cretácico Superior solo en Argentina, por lo que el
hallazgo representa el primero de este clado en el Pacífico sureste. El
investigador de la Universidad de Chile señala que el descubrimiento de este
fósil es relevante, dado que los mosasaurios en Chile son extremadamente
escasos, tanto en la parte central del país como en la Región de Magallanes
(lugar donde también existen rocas marinas del Cretácico Superior).
La pieza que permitió la identificación corresponde a una vértebra. El investigador plantea que el espécimen muestra rasgos comunes con mosasaurinos como Clidastes y Moanasaurus. |
“El registro chileno de mosasaurios comprende
aproximadamente 10 especímenes conocidos, todos ellos fragmentarios. El
material más completo es una mandíbula referida a Halisaurus sp., siendo el
único género conocido localmente hasta ahora. Lo curioso es que pese a este
magro registro, entre los demás especímenes ha sido posible reconocer la presencia
de tylosaurinos, y ahora mosasaurinos, además de un cuarto grupo en proceso de
estudio. Lo anterior da cuenta de una diversidad de mosasaurios presentes a
fines del Cretácico en Chile central. Sin embargo, mientras no se recuperen
materiales más completos, es difícil poder referirlos a algún género o
especie”, explica el paleontólogo sobre la trascendencia del descubrimiento.
Texto: Cristian Fuentes Valencia
Prensa UChile
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