Un equipo formado por paleontólogos, biólogos y geólogos ha localizado este fin de semana en Igea (La Rioja) nuevos restos óseos fosilizados de un pequeño dinosaurio ornitópodo -vegetariano-, hallado en esta zona en 1985, y que podrían determinar un género nuevo de este animal, aunque no se podrá determinar hasta que termine la investigación.
Foto: Raquel Manzanares (EFE) |
El equipo investigador lo componen paleontólogos de las
universidades de La Rioja y País Vasco, en España; y de las de Río Negro, en
Argentina; y Qeesland, en Australia; además de geólogos, biólogos y
restauradores especialistas en restos paleontológicos, junto a aficionados a la
paleontología.
Con todo el material rescatado, posiblemente, se pueda
confirmar que la asignación que se hizo en su momento a este dinosaurio, de que
fuera un ornitópodo "Hypsilophodontido" de 1,8 a 2 metros de longitud
y unos 80 centímetros de altura, no sea la correcta, por lo que
"estaríamos ante un género nuevo" de ornitópodo, lo que no se podrá
confirmar hasta que no concluya la investigación.
Los "Hypsilophodontidos" son ornitópodos de
pequeño tamaño y aspecto grácil, que tenían una locomoción bípeda.
Se ha dicho de ellos, ha precisado Sáez-Benito, que eran las
"gacelas del Cretácico" porque, probablemente, se desplazaban
velozmente y se han encontrado en yacimientos de ese período.
Su dentición es también muy particular, lo que les permitía
acceder a la vegetación que los grandes ornitópodos desechaban, "lo cual
nos indica que ocupaban un nicho ecológico particular en el ecosistema",
ha indicado.
Estos nuevos restos han sido hallados en el paraje de monte
Pico Quemado, en el término de Igea, en cuyo Centro de Interpretación
Paleontológica se localizan los restos óseos fosilizados de este animal
hallados inicialmente y que convirtieron a este ejemplar en uno de los
esqueletos de dinosaurio más completos descubierto en España en aquel momento,
ha recordado.
Actualmente, el objetivo del equipo investigador se centra
en ampliar la zona de excavación con respecto a la realizada en la década de
los 80, con la intención de recuperar más restos de este pequeño dinosaurio
vegetariano y completar el importante número de huesos que de él se tienen.
Los restos recuperados hasta el inicio de esta nueva
investigación, y que están en fase de revisión por paleontólogos de varias
universidades españolas y extranjeras, son 74 piezas pertenecientes a todas las
zonas anatómicas del dinosaurio.
Se trata de huesos craneales y mandibulares, esqueleto
axial, cinturas escapular y pélvica, así como extremidades superiores e
inferiores, siendo la pata izquierda el elemento más completo del esqueleto, ha
informado Sáez-Benito.
Los restos de estos animales son especialmente escasos en
Europa, por lo que "su descubrimiento nos permitirá probablemente arrojar
luz sobre su distribución y describir una nueva especie".
Con estas nuevas excavaciones, el patrimonio óseo de
dinosaurios está adquiriendo una gran relevancia, lo cual permitirá que La
Rioja no sea únicamente conocida por sus huellas fosilizadas (icnitas) de
dinosaurio, sino también por sus huesos.
Tanto esta excavación como la realizada durante el pasado
julio en Igea, a unos 80 kilómetros de Logroño, han contado con la autorización
y el apoyo económico de la Dirección General de Cultura del Gobierno de La
Rioja y la colaboración del Ayuntamiento igeano.
Igea es una de las 22 localidades situadas en la Reserva de
la Biosfera de La Rioja, cuyos valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama
atesoran más de 170 yacimientos de icnitas de dinosaurio que, por su número,
calidad y estado de conservación, conforman uno de los conjuntos más importante
de este tipo de recurso paleontológico a nivel mundial.
Así lo atestigua el Gobierno de La Rioja en su candidatura
presentada a obtener la categoría de "Geoparque de la UNESCO", un
sello que considera que permitirá mejorar la conservación de este valioso
patrimonio paleontológico.
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