- La investigación, en la que participa la Universidad Complutense de Madrid, ha concretado la edad de los depósitos de fosfato de Fontanarejo (Ciudad Real) donde se han hallado espículas de esponja: 530 millones de años
- Esta nueva datación sitúa a estos fósiles como los más antiguos junto con otros en China, con la diferencia de que los españoles son articulados y se conservan mejor
- El hallazgo aporta nueva información para el conocimiento de los primeros pasos en la evolución de los animales
Las esponjas son consideradas los primeros animales en evolucionar. / Shutterstock. |
Estos depósitos fueron descritos por primera vez hace
cincuenta años, pero hasta ahora no se habían estudiado con detalle. Entre los
restos fósiles hallados se encuentran las espículas -unidades de sílice que
conforman el esqueleto- de dos tipos de esponjas: hexactinélidas y demosponjas.
“Cabe destacar que algunas de las espículas se encuentran
articuladas, es decir, conectadas unas con otras preservando prácticamente la
misma posición que tenían en el organismo original”, destaca Pablo Suárez,
investigador del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de
la UCM y uno de los autores del estudio publicado en Geological Magazine.
Las esponjas son consideradas los primeros animales en evolucionar
Las esponjas pueden tener dos tipos de esqueleto:
mineralizados (como el caso de las esponjas manchegas) compuestos de espículas
articuladas o no mineralizados, formados por moléculas orgánicas que se
degradan.
“Las espículas de esponja de estos fosfatos serían las más
antiguas encontradas hasta ahora, junto con otros ejemplos de China, con la
diferencia de que los segundos son desarticulados, por lo que las espículas de
Fontanarejo serían las más antiguas en mostrar tan buena preservación”, aclara
Suárez.
Hace unos meses se publicaron unos fósiles de unos 890 millones de años de antigüedad que fueron propuestos como restos de esponjas no
mineralizadas. Esos datos son prometedores, pero les falta confirmación. Las
espículas de Fontanarejo serían, por tanto, los restos directos e inequívocos
de esponjas más antiguos del mundo.
Las esponjas son consideradas los primeros animales en
evolucionar, por lo que el descubrimiento aporta nueva información sobre la
evolución de seres vivos.
Un molusco permite afinar la edad del depósito
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores realizaron
el trabajo de campo en Fontanarejo en 2019, donde realizaron cartografía
geológica y tomaron más de 200 muestras. De ellas, se realizaron 120 láminas
delgadas -pequeñas secciones de roca de unas 30 micras de espesor- y se
estudiaron mediante diferentes técnicas, tanto de microscopía como de análisis
químicos.
Otra de las conclusiones fundamentales del trabajo es la
datación de los depósitos. Se sabía que, por comparación con otros equivalentes
en zonas cercanas, los de Fontanarejo pertenecían al Cámbrico Inferior (entre
hace unos 540 y unos 500 millones de años).
“El hallazgo de restos de Anabarella, un tipo de molusco,
permite concretar su edad en unos 530 millones de años, al final de una edad
dentro del Cámbrico que los geólogos llamamos Fortuniense”, indica Suárez.
Asociación microbiana en fosfatos
Los fosfatos son unos minerales principalmente utilizados en
la industria agroalimentaria, ya que de ellos se extrae el fósforo, fundamental
para muchos fertilizantes.
Los fosfatos de Fontanarejo sobre los que han fosilizado las
esponjas preservan una gran cantidad de evidencias de un origen asociado con
comunidades microbianas, incluyendo la preservación de moldes de filamentos de
algunos de los microbios originales.
“La precipitación de fosfato se daría muy rápidamente
después de la muerte de las esponjas, que vivirían probablemente asociadas con
las comunidades microbianas. Esto explicaría la buena preservación de los
fósiles de esponja”, concluye Suárez.
Las esponjas de Fontanarejo vivieron en una plataforma
marina, junto con aquellos microbios y otros organismos. Las corrientes y
tormentas transportaron todos sus restos a aguas más profundas, donde fueron
enterrados bajo otras capas de sedimento, favoreciendo su conservación.
Millones de años más tarde la orogenia Varisca (la que formó Pangea) elevó esos
depósitos formando montañas, cuya erosión ha acabado mostrando en superficie
todos esos fósiles en mitad de la Península Ibérica.
Referencia bibliográfica: Reitner J, Luo C, Suarez-Gonzalez
P, and Duda J-P. Revisiting the phosphorite deposit of Fontanarejo (central
Spain): new window into the early Cambrian evolution of sponges and the
microbial origin of phosphorites. Geological Magazine. DOI:10.1017/S001675682100087X.
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