Francesc Gascó-Lluna (Pakozoico)
Hubo grandes dinosaurios carnívoros más allá del famoso Tyrannosaurus. A lo largo de 150 millones de años, llegaron a aparecer gigantescos dinosaurios depredadores más de una vez.
Reconstrucción de Spinosaurus. FGL. |
Los dinosaurios se dividen tradicionalmente en dos
principales grupos Saurísquios y Ornitísquios. Y dentro de los Saurísquios
existen dos grandes grupos, los Sauropodomorfos (grandes dinosaurios de cuello largo y sus parientes cercanos, a este grupo pertenecen formas tan populares
como Diplodocus, Brachiosaurus, Camarasaurus o Brontosaurus) y los Terópodos
(principalmente carnívoros, con dientes afilados y garras, que incluyen a
formas tan famosas como Tyrannosaurus, Velociraptor o Deinonychus, así como al
linaje de las aves). Estos dinosaurios terópodos, como los demás grupos de
dinosaurios, aparecieron a mediados del periodo Triásico. Al principio eran animales
de pequeño y mediano tamaño, ya que compartían el mundo con otros animales,
como los “rauisuquios”, unos parientes de los cocodrilos que fueron grandes
depredadores de su época. Pero a finales del Triásico tuvo lugar una gran
extinción en masa que fulminó toda competencia. Y ahí si que los dinosaurios
empezaron a dominar el mundo. En este periodo, el famoso Jurásico, los
dinosaurios se diversificaron y llegaron a hacerse gigantes. Faunas de
dinosaurios fueron apareciendo y relevándose a lo largo de los siguientes 140
millones de años. Y entre los terópodos aparecieron formas realmente
formidables.
Spinosaurus
Fue descrito en 1915 por el paleontólogo alemán Ernst
Stromer a partir de un esqueleto parcial encontrado en Egipto que,
lamentablemente, fue destruido en los bombardeos de Munich de la Segunda Guerra
Mundial. Spinosaurus (cuyo nombre significa “lagarto con espinas”), tiene una
apariencia muy característica por tener espinas vertebrales muy altas formando
una vela a lo largo de su lomo. Sin embargo, los pocos fósiles con los que fue
descrito en 1915, y el poco conocimiento sobre sus parientes cercanos que
teníamos entonces, llevaron a que su reconstrucción fue un terópodo muy
generalista con vela.
Con el paso de las décadas y gracias a nuevos
descubrimientos se pudo ir afinando mejor su aspecto. Por ejemplo, con el
hallazgo de su pariente Baryonyx, descubierto mucho más tarde, en 1983.
Baryonyx era un terópodo extraño, con un hocico alargado, dientes cónicos y
garras enormes en las manos. Su anatomía permitió relacionarlo con Spinosaurus,
del que se corrigió su reconstrucción, ahora incluyendo un hocico alargado
semejante al de un cocodrilo, y garras grandes en sus manos.
En 2014, justo 100 años después de la descripción original de Stromer, el paleontólogo Nizar Ibrahim y sus colaboradores, entre quienes estaba Paul Sereno, publicaron el hallazgo de nuevos ejemplares de Spinosaurus encontrados en Marruecos. Estos revelaron que, si bien las reconstrucciones de este dinosaurio no iban desencaminadas, era todavía más extraño. Piernas cortas, lomo alargado, brazos largos que posiblemente llegaban al suelo. Su vela parecía tener una morfología más cuadrada e irregular y, lo más sorprendente, posiblemente sea el primer dinosaurio no aviano que podría estar adaptado a una vida anfibia. Gracias a los nuevos hallazgos, además, se ha podido estimar que su longitud superaba a los 13 metros de Tyrannosaurus rex. Vivió en el Cretácico inferior en lo que hoy es África.
Carcharodontosaurus
Reconstrucción de Carcharodontosaurus. FGL. |
Giganotosaurus
Reconstrucción de Giganotosaurus. FGL. |
Torvosaurus
Reconstrucción de un Torvosaurus alimentándose de un Turiasaurus. FGL. |
Más allá de lo temibles que puedan parecernos estos
dinosaurios, y de las pasiones que levanten por sus dientes y garras, la
presencia de superdepredadores en los ecosistemas del Mesozoico tuvo su efecto.
Envueltos en una carrera armamentística, depredadores y presas aumentaron el
tamaño hasta los máximos que ha contemplado la vida sobre la Tierra firme. Las
adaptaciones fisiológicas que permitieron este aumento de tamaño y sus límites
son todo un tema de investigación en la actual paleobiología de dinosaurios. Y,
por lo tanto y como suele decirse, eso ya es otro tema.
Referencias:
Stromer, E. 1931. Wirbeltiere-Reste der Baharijestufe (unterestes
Canoman). Ein Skelett-Rest von Carcharodontosaurus nov. gen. Abhandlungen der
Bayerischen Akademie der Wissenschaften, Mathematisch-naturwissenschaftliche
Abteilung, 9(Neue Folge): 1–23.
Brusatte, S.L.; Sereno, P.C. 2007. A new species of Carcharodontosaurus
(dinosauria: theropoda) from the Cenomanian of Niger and a revision of the
genus. Journal of Vertebrate Paleontology, 27(4): 902-916.
Ibrahim, N. et al. 2014. Semiaquatic adaptations in a giant
predatory dinosaur. Science. doi:10.1126/science.1258750
Coria, R. A.; Salgado, L. 1995. A new giant carnivorous
dinosaur from the Cretaceous of Patagonia. Nature, 377 (6546): 224–226.
Galton, P.M.; Jensen, J.A. 1979. A new large theropod
dinosaur from the Upper Jurassic of Colorado. Brigham Young University Geology
Studies, 26(1):1-12.
Cobos, A. et al. 2014. Megatheropods as apex predators in
the typically Jurassic ecosystems of the Villar del Arzobispo Formation
(Iberian Range, Spain). Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 399:
31-41.
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