El análisis de unos restos de espinosáurido del yacimiento de Papo Seco (Portugal) han permitido clasificarlos como una nueva especie a la que han llamado Iberospinus natarioi.
Reconstrucción del Iberospinus natarioi que muestra la digitalización en 3D de algunos de los huesos recuperados, junto con la musculatura. FOTO: MATEUS, ESTRAVIZ-LÓPEZ / CREATIVE COMMONS |
Estos restos no son nuevos, corresponden a un fósil que
había sido previamente asignado a la subfamilia Baryonyx, pero gracias a un
reanálisis de los huesos y al nuevo material encontrado en el yacimiento, se ha
descubierto que hay más discrepancias que coincidencias con otros Baryonyx del
registro.
Lo que nos cuentan los huesos
El Iberospinus se une a Vallibonavenatrix, Baryonyx y
Camarillasaurus para formar un total de cuatro espinosáuridos distintos
encontrados en la península ibérica, lo que indicaría que hace unos 125
millones de años, durante la edad Barremiense, esta zona era favorable a la
vida de la familia Spinosauridae. El estudio del estrato donde se encontraros
los huesos indica que el ambiente en el que se creó la Formación Papo Seco era
mayoritariamente lagunar, con influencia continental y relativamente cerrada al
mar. Es decir, en aquel momento las condiciones podrían ser similares a las de
la Albufera de Valencia en la actualidad. Este entorno se puede inferir debido
a la presencia de fósiles de bivalvos de agua dulce en el mismo estrato que los
restos del Iberospinus.
Además de las conchas, en esta formación y las contiguas es
común hallar restos de peces, de otros tetrápodos y de dinosaurios voladores
como los pterosáuridos. Lamentablemente estos restos son mayoritariamente
fragmentos de dientes, lo que incrementa mucho la dificultad de identificar con
seguridad qué especie se acaba de encontrar, pero no lo vuelve imposible.
¿Quién es quién?
Diagrama del esqueleto del Iberospinus. En rojo los huesos encontrados que han permitido hacer la recreación. FOTO: SCOTT HARTMAN / CREATIVE COMMONS |
El espécimen conocido como ML1190 se compone de dientes, fragmentos de la mandíbula, varias vertebras y de parte de las extremidades y la cola, lo que lo convierte en uno de los más completos del mundo. Debido al estado de conservación de los dientes, los estudios mediante tomografía computarizada han permitido observar los restos fosilizados del sistema vascular y del sistema nervioso del dinosaurio, logrando así distinguirlo de las otras especies y asegurando que, efectivamente, se trata de una nueva. El descubrimiento del Iberospinus además trae consigo una futura revisión de los otros fósiles hallados en la península como el de Sala de Los Infantes en Burgos, Castilla y León, que actualmente está catalogado como Baryonyx pero que, visto lo visto, podrían no serlo.
Por último, dado el probable origen europeo de los
megalosauroides y que la mayoría de los espinosáuridos de la edad Barremiense
conocidos proceden de Europa occidental en general y de la Península Ibérica en
particular; la inclusión de Iberospinus no hace más que confirmar que estos
dinosaurios debieron aparecer en lo que ahora es Europa.
Los rasgos del Iberospinus
La composición muestra que el Iberospinus era una especie
que mediría unos 7 metros de longitud y rondaría los dos y medio de altura.
Debido a estas características y comparado con los otros miembros, su peso
estimado estaría entre 1,5 y 2 toneladas. Para mover ese peso las extremidades
posteriores debían ser muy robustas y musculares, aunque si se confirmase que
la vida era semiacuática, esta carga se vería aliviada durante parte del día.
Sus rasgos faciales serían parecidos a los de un cocodrilo,
con la mandíbula alargada para alojar más de una veintena de dientes de varios
centímetros de longitud, preparados para cazar todo lo que se pusiese a su
vista. Respecto a su comportamiento, poco podemos averiguar, pero si seguimos
excavando en yacimientos como el de Papo Seco y encontramos más fósiles o incluso
huellas, podremos adentrarnos un poco más en la vida de estos dinosaurios
extintos hace millones de años.
QUE NO TE LA CUELEN
- En este artículo hablamos de espinosáuridos, de los cuales, la especie más representativa es el espinosaurio (Spinosaurus aegyptiacus). Con sus 12,6 a 18 metros y de 7 a 9 toneladas de peso, el espinosaurio podría haber sido el mayor dinosaurio carnívoro. Se caracteriza por una gran aleta dorsal y una vida semiacuática, como un gigantesco cocodrilo moderno.
- La paleontología, al igual que todas las ciencias, está en constante revisión con los nuevos datos que se van añadiendo a sus registros. Gracias a ello podemos recrear cada vez mejor a estos fantásticos animales que pisaron La Tierra hace millones de años.
REFERENCIAS (MLA)
Mateus O, Estraviz-Lo´pez D (2022) A new theropod dinosaur from the early cretaceous (Barremian) of Cabo Espichel, Portugal: Implications for spinosaurid evolution. PLoS ONE 17(2): e0262614.
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