Fósiles de 100 millones de años preservados en ámbar recientemente descubiertas proporcionan las evidencias directas más antiguas de conducta social en antiguas hormigas y termitas.
Foto: AMNH/D. GRIMALDI AND P. BARDEN
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MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Fósiles de 100 millones de años preservados en ámbar
recientemente descubiertas proporcionan las evidencias directas más antiguas de
conducta social en antiguas hormigas y termitas.
El nuevo trabajo, dirigido por científicos del Museo
Americano de Historia Natural y la Universidad de Kansas, y publicado en dos
artículos en la revista Current Biology, demuestra que la sociabilidad avanzada
en hormigas y termitas --basada en la jerarquía-- estaba presente decenas de
millones de años antes de lo indicado por el registro fósil anterior.
"Ecológicamente, la sociabilidad avanzada es una de las
características más importantes de adaptación para los animales", dijo el
co-autor David Grimaldi, conservador de la División de Zoología de
Invertebrados del Museo. "Todas las hormigas y termitas son sociales, y
eestán en todas partes a través de paisajes terrestres, con miles de especies
descritas y probablemente aún más que todavía no hemos encontrado."
La sociabilidad avanzada, o eusocialidad, un sello
distintivo de la cual es la especialización reproductiva en obreras y reina, es
esencialmente un fenómeno del grupo de invertebrados conocidos como los
artrópodos. Reinas y machos reproductores asumen su rol como los únicos
reproductores, mientras que los soldados y las obreras defienden y cuidan de la
colonia. La eusocialidad se produce en una gama de artrópodos, como camarón,
escarabajos y áfidos, a varias, aunque el fenómeno es más pronunciado en las
abejas de miel, hormigas y termitas. Entre los vertebrados, la eusocialidad se
encuentra en sólo dos especies de ratas topo africanas.
Se cree que la eusocialidad aparecó por primera vez en las
termitas en el Jurásico, hace 150-160 millones de años. Sin embargo, antes de
este nuevo trabajo, las primeros termitas que definitivamente podrían estar
vinculadas a un sistema de castas eran del Mioceno, hace apenas 20 a 17
millones de años. Una historia similar cabe decir de las hormigas, cuya
historia evolutiva con la eusocialidad también se piensa que es larga, pero
sólo débilmente apoyada por el registro fósil.
"En el ámbar del Cretácico que examinamos, las hormigas
y termitas representan las primeras ramas de cada árbol de la evolución, y las
especies son muy diferentes de lo que sus parientes modernos parecen hoy",
dijo el co-autor Phillip Barden.
Una serie de espectaculares piezas de ámbar recuperadas
recientemente de Myanmar dio a Barden, Grimaldi y sus colegas una respuesta
clara: la eusocialidad era fuerte en ambos grupos durante el Cretácico.
En las termitas, los investigadores hicieron esta
determinación en base a la diversa anatomía de los animales, lo que indica la
presencia de castas. Ellos encontraron seis especies diferentes de termitas
conservadas en el ámbar, dos de las cuales son nuevas para la ciencia:
Krishnatermes yoddha, que comprende obreras, reproductoras y soldados, y
Gigantotermes rex, basada en uno de los más grandes de las termitas soldado que
se ha encontrado, alrededor de 2,5 centímetros de largo, la mitad cabeza con
mordazas de tijera.
Los fósiles de hormigas se paralizaron en el ámbar en una
serie de comportamientos eusociales. Entre ellos se incluyen: la presencia de
diferentes castas, incluyendo las reinas y las obreras, grupos de hormigas
obreras en piezas individuales de ámbar, probablemente compañeros de nido, y
dos obreras de diferentes especies de hormigas entrando en combate.
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