La provincia de Burgos es un destino turístico con múltiples
propuestas para entrar en contacto con eras pasadas. El territorio burgalés ha
estado poblado durante todas las etapas históricas de las que se tiene
constancia. Por ello, hoy en día cuenta con numerosos recursos turísticos
vinculados a la evolución humana y natural y al estudio de las diferentes
civilizaciones.
La comarca de Sierra de la Demanda cuenta con una riqueza
paleontológica de gran calado. La zona dispone de un Museo de Dinosaurios
en la localidad de Salas de los Infantes, donde se encuentran reconstrucciones
como la de un megalito, el interior de una casa celtibérica y un altar romano,
así como una estatua a escala real de un alosaurio, ejemplares insólitos de
vegetales fósiles.
También restos de pequeños dinosaurios corredores como el
Hipsilofodonte, las espinas defensivas de un animal acorazado como el
Polacanthus –de gran importancia científica dada la escasez en el registro
fósil europeo de este tipo de dinosaurio-, restos de huevos o un hueso del pie
en forma de ‘T’ de un dinosaurio de más de 25 metros, entre otras piezas.
Cabe destacar, asimismo, varios yacimientos en Regumiel de
la Sierra –donde se pueden divisar claramente huellas de dinosaurio- y en
Hacinas –en el que se localizan los fósiles arbóreos más perfectos de la
Península-. Un territorio tan fecundo en hallazgos jurásicos que hasta tiene su
propio saurópodo: el Demandasaurus darwini, el más peculiar descrito hasta el
momento, ya que es la única especie de su familia encontrada en Europa, Asia y
América del Norte.
El Paleolítico, más vivo que nunca
Un colectivo de biólogos, naturalistas y científicos creó el
proyecto Paleolítico Vivo, que ofrece a sus visitantes toda una experiencia de
vivencia prehistórica.
La actividad comienza con un safari ambientado en la época,
a bordo de un vehículo 4x4, donde los participantes pasearán entre especies de
animales que, realmente, habitaban la zona de Atapuerca por aquel entonces,
como bisontes, uros o caballos prehistóricos en peligro de extinción.
Por otra parte, los guías enseñarán al grupo a realizar
actividades propias del Paleolítico, como localización de recursos, caza,
piedras, madera, plantas, hongos, fuego, elaboración de tallas y armas, herramientas,
construcción de viviendas, curtido de pieles, trabajo cooperativo de
supervivencia, sensaciones de miedo expuesto a la naturaleza. Así era el ambiente primitivo.
El Centro de Visitantes del Árbol Fósil, en la localidad de
Hacinas, permite a los más curiosos retroceder 120 millones de años en el
tiempo y contemplar la reconstrucción del entorno natural de aquella época. Y
es que algunos seres vivos consiguen escapar a la descomposición natural,
resultando verdaderos hallazgos para las sociedades actuales.
Es el caso de los árboles fósiles de Hacinas, cuyos
ejemplares expuestos permiten comprobar cómo el paso del tiempo y los agentes
externos han actuado sobre ellos, modificando incluso sus formas interiores.
El Centro contiene otras salas de atractivo para su
recorrido, como la dedicada a los bosques fósiles de España y el mundo, una
recreación de un espacio natural de la era primitiva o una zona de
experimentos.
Los primeros pobladores de la Ribera del Duero
Rauda Vaccea es el parque Arqueológico de Roa del Duero, un
gran recinto donde se recorren la sucesión de culturas que han poblado la zona
desde hace 2.500 años.
Los visitantes adquieren un papel activo durante el
recorrido, observando, escuchando y experimentando los hábitos cotidianos tanto
de los primeros cazadores-recolectores como de las comunidades que
desarrollaron la escritura o el urbanismo -la visita guiada recorre desde el
Paleolítico, pasando por la Edad de Hierro, hasta llegar a la época romana-.
Los Autrigones y la Edad de Hierro
A principios del siglo XX Miraveche, un pequeño pueblo de la
provincia ubicado en la zona de la Bureba, se hizo un hueco entre los
estudiosos de la arqueología debido a la aparición de unas curiosas tumbas
datadas de aproximadamente 2.400 años. Pertenecen a los Autrigones, una tribu
prerromana que habitaba las tierras en plena Edad de Hierro y que ahora los
visitantes de Burgos pueden conocer más de cerca a través de la habilitación
realizada de la necrópolis.
Una serie de paneles explicativos y figuras ilustrativas
permiten entrar en contacto con el modo de vida de estas gentes y, sobre todo,
de sus ritos funerarios.
Cueva Palomera, habitada hasta la Edad Media
Ojo Guareña es un complejo kárstico que cuenta con más de
100 kilómetros de desarrollo, alzándose así como uno de los conjuntos de cuevas
más grandes de la Península Ibérica y uno de los diez mayores del mundo.
En su estructura destaca Cueva Palomera, visita obligada en
la provincia de Burgos y habitada desde momentos paleolíticos. Además de su
interés espeleológico, que atrae a innumerables turistas al año, cabe resaltar
los hallazgos que desde su descubrimiento se han producido, destacando restos
de cazadores en la cueva de Prado Vargas, de hace 70.000 años; impresiones de
pies humanos en la Sala de las Huellas, de hace 15.000 años; pinturas rupestres
del Paleolítico Superior, grabados en la roca, de la época del Neolítico, y la
Ermita de San Tirso y San Bernabé, de la Edad Media.
Expreso. Redacción. A.F
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