- El meteorito provocó un calentamiento similar al que se está produciendo ahora.
- El estudio de las consecuencias de aquella extinción ayudarían a predecir el futuro.
Los descubrimientos recientes sobre el meteorito que hace 66
millones de años acabó con los dinosaurios y el 76% de las especies en la
Tierra abre nuevas líneas de investigación para entender mejor el
comportamiento de la Tierra ante el cambio climático, según afirmó la experta Ligia Pérez.
Representación de la muerte de dinosaurios por erupciones
volcánicas.
WIKIPEDIA
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La investigadora de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirmó que, al poder estudiar
las cantidades de Dióxido de Carbono (CO2) derivadas del impacto del bólido -que
cayó en un mar poco profundo cerca de Chicxulub, en la península de Yucatán-,
podrán establecerse similitudes con el calentamiento global que sufre ahora el
planeta y establecerse modelos predictivos.
"El CO2 es responsable del
calentamiento global, las emisiones en gigatoneladas hablan de cuánto pudo
haber sido el incremento de la temperatura promedio del planeta, lo cual puede
ser un análogo para ver cuáles son las condiciones actuales y tener modelos
predictivos en el futuro, es una de las líneas que se abrió a partir de
esto", aseguró en conferencia de prensa.
Por su parte, el investigador del
Instituto de Geofísica de la UNAM Jaime Urrutia indicó que, gracias al reciente
descubrimiento de que la vida tardó 30.000 años en volver a surgir tras el
impacto del bólido -responsable de la quinta extinción masiva de las especies-
se abren también "nuevas conexiones con las extinciones de especies que se
tienen en la actualidad".
"Es muy interesante ver cómo reaccionan los
ecosistemas cuando tenemos fragmentación y pérdida de algunas especies y cuánto
tiempo y de qué manera lo hacen", manifestó.
Esto tiene especial interés
para los científicos, ya que las extinciones de especies que hoy día se
experimentan están íntimamente relacionadas con la actividad del ser humano y
el calentamiento global.
Por tanto, el estudio de la reacción de la vida ante
un fenómeno catastrófico como el del asteroide -cuya fuerza fue siete millones
de veces más grande que la explosión de la bomba nuclear más poderosa de la
historia, según la UNAM- permite saber "qué podemos esperar de las
especies y bajo qué condiciones y tiempos esto va a ocurrir".
Urrutia se
mostró entusiasmado también con que relativamente pronto se podrá resolver
interrogantes relevantes como "por qué los mamíferos que lograron
sobrevivir al meteorito eran de menos de un kilogramo y en un tiempo de
alrededor de diez millones de años ya estaban del tamaño de los
elefantes".
El impacto del asteroide fue tan virulento que dejó un cráter
de 180 kilómetros de diámetro y alteró significativamente toda la geología de
la Tierra.
Por ello, según reconoció el científico, fue toda una sorpresa
observar que tan solo 30.000 años después del impacto existiesen comunidades de
foraminíferos y algas calcáreas, ya que en la zona afectada quedó muy
contaminada. Sobre esto, la científica llamó a extraer la lección de que
"la vida se reinventa y resurge siempre, no importando cuán adversas sean
las condiciones".
A esto agregó que se cree que en tan solo diez años
comenzaron a aparecer los primeros indicios de vida.
Es importante destacar que
las algas calcáreas son el primer eslabón de la cadena trófica, por lo que
sirvieron de soporte para que muchos organismos posteriores pudieran
desarrollarse.
Pérez, quien fue partícipe en la investigación internacional,
contó que tuvieron que realizarse una serie de estudios geofísicos y
geotécnicos que sirvieron para definir los puntos de perforación idóneos en el
sector central del cráter de Chicxulub.
Con estas perforaciones se obtuvieron
muestras que los científicos pudieron examinar en diferentes laboratorios
internacionales presentes en el proyecto y así obtener estos resultados que,
más allá de su relevancia, no hacen más que abrir nuevas y apasionantes
incógnitas.
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