Rastros de movilidad fosilizados datados en 2.100 millones
de años han sido descubiertos en un depósito fósil en Gabón, donde ya se habían
encontrado los organismos multicelulares más antiguos.
A. EL ALBANI / IC2MP / CNRS - UNIVERSITÉ DE POITI
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El depósito permitió a los científicos --coordinados por
Abderrazak El Albani de la Universidad de Poitiers-- actualizar la aparición de
la vida multicelular en la Tierra hasta unos 1.500 millones de años antes de lo
que se pensaba. Los investigadores demostraron que esta rica biodiversidad
coexistía entonces con un pico en la dioxigenación de la atmósfera y se
desarrollaba en un entorno marino tranquilo y poco profundo.
En este mismo depósito geológico, el equipo ha descubierto
la existencia de trazas de motilidad fosilizadas. Esto demuestra que ciertos
organismos multicelulares en este primitivo ecosistema marino eran lo
suficientemente sofisticados como para moverse a través de su lodo, rico en
materia orgánica, como se detalla en un artículo sobre este trabajo publicado
en la edición de este lunes de 'Proceedings of the National Academy of
Sciences'.
TRAZAS DE ORIGEN BIOLÓGICO
Se analizaron y se reconstruyeron las trazas en 3D
utilizando micro-tomografía computarizada de rayos X, una técnica de imagen no
destructiva. Las estructuras más o menos sinuosas son tubulares, de un diámetro
generalmente consistente de unos pocos milímetros, y atraviesan capas finas de
roca sedimentaria. El análisis geométrico y químico revela que son de origen
biológico y aparecieron al mismo tiempo que se depositó el sedimento.
Las huellas se ubican junto a biopelículas microbianas
fosilizadas, que formaron alfombras entre las capas sedimentarias
superficiales. Es plausible que los organismos detrás de este fenómeno se
movieran en busca de elementos nutritivos y dioxígeno, ambos producidos por las
cianobacterias. Aunque es difícil saber con seguridad el aspecto de estos
elementos vivos, pueden ser similares a las amebas coloniales, que se agrupan
cuando los recursos escasean, formando un tipo de babosa, que se mueve en busca
de un entorno más favorable.
Hasta ahora, las huellas más antiguas de movimiento
reconocido databan de hace 570 millones de años; una estimación que parecía confirmada
por el reloj molecular. La evidencia de la motilidad hallada en la roca que
tiene 2.100 millones de años plantea nuevas preguntas con respecto a la
historia de la vida: ¿fue esta innovación biológica el preludio de formas de
movimiento más perfeccionadas, o un experimento interrumpido por la drástica
caída en las tasas de oxígeno atmosférico que ocurrió aproximadamente hace
2.083 millones de años?, informa el CNRS --el centro oficial de investigación
francés-- en un comunicado.
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