Tras el impacto del asteroide, de alrededor de 12 kilómetros
de diámetro, las nubes de roca pulverizada y el ácido sulfúrico oscurecieron
los cielos y desencandenaron un descenso de las temperaturas, lluvia ácida e
incendios forestales. El escenario —recuerda Live Science— se conoce desde hace
más de tres décadas; pero la clave es... ¿Cómo afectó a la vida en la Tierra?
Como detalla a WordsDideKick.com Peter Roopnarine, de la
Academia de Ciencias de California y participante en la cumbre anual de la AGU,
una de las claves está en los incendios que siguieron al asteroide, que
generaron un hollín que quedó en suspensión en la atmósfera superior. Su
cantidad fue lo suficientemente abundante como para reducir la luz solar que
llegaba a la Tierra y complicar así la fotosíntesis, clave para la vida.
"La concentración durante los primeros días o semanas de los incendios habría
sido lo suficientemente alta como para reducir la cantidad de luz solar
entrante a un nivel lo suficientemente bajo como para evitar la
fotosíntesis", abunda el experto.
¿Cuánto duró esa penumbra? Roopnaire y su equipo tomaron
como modelo 300 especies de Hell Creek, una formación geológica rica en fósiles
de la última parte del Cretácico situada en EE.UU. y especialmente bien
documentada. Tanto, de hecho, que los investigadores “reconstruyeron la
paleocomunidad de manera fiable” y desarrollaron varios escenarios para
calcular cómo afectaban períodos de oscuridad de entre 100 y 700 días —más o
menos, el equivalente a tres meses y dos años—. Su objetivo: determinar qué
intervalo se correspondía con una tasa de extinción de vertebrados del 73%, que
es la que se conserva en el registro fósil. El estudio partió de la base de que
la oscuridad se generó con rapidez y se había extendido en solo unas semanas.
Las conclusiones del estudio son reveladores. Cuando la
penumbra se prolongaba “únicamente" 150 días, los ecosistemas parecían
recuperarse; pero la cosa cambia más o menos a partir de las 200 jornadas.
Superado ese punto crítico, reseña Live Science, “algunas especies se
extinguieron y los patrones de dominio cambiaron”. Si la simulación se alargaba
hasta los 650 o 700 días de oscuridad, el índice de extinción rondaba ya una
horquilla que va del 65 y 81%, lo que demostraría que las comunidades de Hell
Creek se enfrentaron a alrededor de dos años de oscuridad.
“Las condiciones variaron en todo el mundo debido al flujo atmosférico
y la variación de temperatura, pero estimamos que la oscuridad podría haber
persistido en el área de Hell Creek hasta dos años”, aclara Roopnarine.
Superado el punto de inflexión los ecosistemas pueden recuperarse con un nuevo
equilibrio de especies que exige décadas. El mismo estudio concluye, por
ejemplo, que una vez disipada la oscuridad el ecosistema tardó cuatro décadas
en empezar a recuperarse.
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