El biólogo y entomólogo estadounidense era experto mundial en hormigas y defensor de la conservación del planeta
El biólogo estadounidense Edward O. Wilson posa en un retrato en Lexington (Massachussetts, EE.UU.), el pasado octurbre. / Gretchen Ertil (Reuters) |
Wilson abogaba por la protección de la mitad de la tierra,
para conservar suficiente diversidad en el 50% de la superficie y del mar del
planeta. Así, los ecosistemas podrían estar interconectados para revertir la
extinción de las especies, que sucede ahora a un ritmo jamás visto en 10
millones de años. El proyecto de Naciones Unidas “30 por 30″, inspirado en las
teorías de Wilson, urge precisamente a la conservación de al menos el 30% del
planeta para 2030.
Wilson era también una autoridad mundial en el conocimiento
de las hormigas, de las cuales descubrió más de 400 especies. Uno de sus
grandes descubrimientos fue entender cómo las hormigas comunicaban el peligro y
los caminos para transportar comida mediante la emisión de sustancias químicas.
Su trayectoria como entomólogo cuando tenía tan solo 10 años, cuando pasaba
horas en los bosques coleccionando insectos y mariposas. “La mayoría de los
niños pasan por una etapa de fascinación con los bichos; yo no he superado la
mía”, dijo en una ocasión.
Escritor de dos libros ganadores de premios Pulitzer, en
1979 por La naturaleza humana y en 1991 por Las hormigas, popularizó el término
de la “biodiversidad”. El científico de la Universidad de Harvard, institución
a la que perteneció durante 70 años como profesor y entomólogo, vivía en una
comunidad de retiro en el noreste de Estados Unidos y había publicado
recientemente una larga serie de libros sobre la biodiversidad. Recibió también el premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA en su tercera edición
porque “acuñó y popularizó el término biodiversidad y ha contribuido extraordinariamente
a concienciar a la sociedad de su valor”.
Wilson es también el fundador de la sociobiología, que
investiga las bases biológicas del comportamiento humano. En 1975, su libro
Sociobiología, la nueva síntesis causó polémica, al sugerir que comportamientos
humanos como el altruismo o la hostilidad están determinados por los genes o la
naturaleza, en lugar del entorno.
“El santo grial de Ed fue el placer de la búsqueda del
conocimiento. Su valiente enfoque científico y su voz poética transformaron
nuestra forma de entendernos a nosotros mismos y a nuestro planeta. Su mayor
esperanza era que los estudiantes de todo el mundo compartieran su pasión por
el descubrimiento como la base científica fundamental para la administración
futura de nuestro planeta“, ha afirmado Paula J. Ehrlich, directora ejecutiva y
presidenta de la Fundación E.O. Wilson.
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