Sid Perkins - Nature News ©2015
Los investigadores piensan que han encontrado una forma
de diferenciar los fósiles de dinosaurios machos y hembras, al menos entre
algunas especies chicas emplumadas. Las diferencias claves entre sexos yacen en
huesos cercanos a la base de la cola, informan científicos en Scientific
Reports.
El equipo examinó un par de fósiles desenterrados en
Mongolia a mediados de la década de 1990 y descritos por primera vez en 2001.
Dado que los ovirraptorosaurios tamaño pavo (“lagartos roba huevos”) fueron
encontrados a centímetros uno del otro en un lecho de piedra de 75 millones de
años, algunos científicos han apodado al par “Romeo y Julieta”.
Las articulaciones en las vértebras de las criaturas
estaban unidas, por lo que los investigadores piensan que los dinosaurios
habían dejado de crecer, lo que significa que eran adultos, dice Scott Persons,
paleontólogo de vertebrados de la Universidad de Alberta, en Canadá, y coautor
del estudio.
Pero determinar si el par efectivamente era macho y
hembra era complicado porque, como sucede con la mayoría de los fósiles, no
queda rastro de tejido suave: solo se conservan los huesos.
Un fósil es un esqueleto completo, mientras que al otro
le falta la mitad y el final de la cola. Pero eso bastó para revelar
diferencias distintivas en la longitud y forma de huesos tipo cuchillas
llamados chevrones, que sobresalen desde las vértebras cercanas a la base de la
cola y proveen conexión para músculos y tendones.
Muestra sexual
Varios chevrones en uno de los fósiles eran más grandes y
tenían puntas más anchas que los del otro. Las diferencias no parecen deberse a
lesiones o enfermedades, dice Persons. Tampoco parecen el resultado de cambios
en los huesos durante la fosilización. En cambio sugieren que las variaciones
son una señal de diferencias sexuales.
Los huesos podrían ser más cortos en las hembras para
facilitar el proceso de poner huevos. En los machos, un conjunto de chevrones
más largos y de puntas anchas podría haber ofrecido mejor ancla para un músculo
de retracción del pene que, se presume, las criaturas tenían.
Pero la explicación más tentadora podría ser que los
machos necesitaban chevrones más grandes para anclar los músculos que
controlaban sus flexibles colas con punta emplumada; sospechan que los
ovirraptorosaurios machos sacudían las plumas de la cola en complicadas
exhibiciones para cortejar parejas potenciales.
Thomas Holtz, paleontólogo de la Universidad de Maryland,
dice que la teoría es fascinante, pero aún no del todo convincente. Dado que
los autores del estudio compararon únicamente dos especímenes de
ovirraptorosaurios, no pueden descartar la posibilidad de que las diferencias
en la forma de los chevrones sean simples variaciones de un espectro en lugar
de señales de dimorfismo sexual.
La confirmación de los hallazgos podría permitir que los
investigadores utilicen comparaciones de chevrones para determinar el sexo en
otros dinosaurios chicos que pudieron haber utilizado plumas para exhibirse.
Pero Holtz afirma que el método no sería ampliamente aplicable a dinosaurios de
múltiples toneladas como el Tyrannosaurus rex y el Triceratops.
Si se demuestra, este método se sumaría a otra técnica
para determinar si un dinosaurio es macho o hembra. En 2005, los investigadores
señalaron que algunos fósiles de Tyrannosaurus rex contienen tejido óseo similar
al hueso medular de aves modernas hembras, dado que provee una fuente de calcio
a corto plazo para producir cáscara de huevo.
Este método funciona para otros dinosaurios grandes pero
no es a prueba de fallas, ya que el hueso medular solo se encuentra en
especímenes de hembras sexualmente maduras y listas para poner huevos.
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