Concavenator corcovatus (Cazador jorobado de Cuenca). Reconstrucción a partir del único ejemplar fósil conocido, hallado en 2003 en el yacimiento de Las Hoyas. (Foto:© Raúl Martin) |
Durante años, miles de reconstrucciones de dinosaurios han sido realizadas por paleoartistas para el cine, el cómic o la ilustración científica. Algunos aspectos han sido objeto de continuas discusiones. Este es el caso de la podoteca, la estructura de escamas que recubre los pies de los arcosaurios como cocodrilos, pterosaurios y dinosaurios, incluidas las aves.
En la mayoría de los casos, los dinosaurios terópodos se
reconstruyen con una podoteca similar a la de las aves actuales. Al
tiranosaurio de Parque Jurásico, por ejemplo, le colocaron unas patas de
gallina aunque no existían evidencias directas de esta estructura.
Recientemente, la revista Cretaceous Research ha
publicado un análisis sobre los restos de
piel asociados a la extremidad posterior del terópodo Concavenator
corcovatus (conocido como Pepito) del yacimiento de Las Hoyas (Cuenca), en
España, que permite establecer y reconstruir con rigor científico la estructura
de escamas que cubría el pie de este espécimen.
Las Hoyas es un yacimiento reconocido a escala mundial
por su alta capacidad de preservación de animales y plantas. Este es el caso
del fósil de Concavenator, un dinosaurio terópodo cuyo esqueleto está casi
completo y articulado. Su excepcional preservación permite observar tejido
tegumentario en diversas zonas, como en la extremidad posterior, alrededor de
la cola y en el cuello. Esto permitió a los investigadores analizar el aspecto
de la primera podoteca hallada en un dinosaurio terópodo en el registro fósil.
Los autores analizaron las impresiones de piel asociadas
al pie derecho de Concavenator y lo compararon con el resto registro fósil, así
como con la podoteca de los organismos actuales emparentados con los
dinosaurios (cocodrilos y aves).
El estudio identifica en la podoteca de Concavenator los
mismos elementos que tienen las aves, es decir: tres tipos distintos de
escamas, la ordenación de estas, el desarrollo de almohadillas plantares con la
misma disposición que en las aves como los avestruces y la presencia de un
estuche córneo que formaría las garras de los dedos.
“La existencia de una estructura tan similar a la de las
aves modernas en un terópodo como Concavenator implica su aparición en una
etapa temprana de la evolución del linaje que da lugar a las aves actuales y su
probable presencia en todos los terópodos no avianos”, afirman los autores.
“Este descubrimiento permitirá interpretar desde un nuevo
punto de vista el registro de huellas de dinosaurio carnívoros”, agregan.
(Fuente: Universidad Autónoma de Madrid)
No hay comentarios:
Publicar un comentario