Descubrimiento de científicos y estudiantes de paleontología argentinos
El animal habitó allí hace 70 millones de años. Además, los
científicos, incluyendo a Fernando Novas, identificaron los restos de un
plesiosaurio, un gran reptil depredador que habitaba los mares prehistóricos.
Los restos fósiles se exhiben en el Museo Argentino de Ciencias Naturales en
Capital.
Científicos argentinos descubrieron un dinosaurio que vivió
en la Antártida cuando el continente tenía bosques parecidos a los de Bariloche
en la actualidad. El animal estuvo allí hace 70 millones de años: sus restos
fósiles estaban escondidos en en la península de El Morro, en la Isla James
Ross, en el Sector Antártico Argentino. En alusión al lugar, los científicos lo
llamaron Morrosaurus antarcticus. Su hallazgo permite configurar la fauna
prehistórica del ahora helado continente.
El animal recorrió la Antártida en la última época de los
dinosaurios, ya que gran parte de esas especies desaparecieron hace 65 millones
de años. Morrosaurus antarcticus era un dinosaurio herbívoro y del grupo de los
ornitisquios. "Es un hallazgo importante que nos permite armar mejor el
rompecabezas de la fauna de la Antártida cuando estaba unida a otros
continentes como Oceanía y parcialmente al actual territorio de la Argentina.
La Antártida empezó a tener grandes masas de hielo hace 40 millones de
años", contó hoy a Clarín uno de los investigadores Federico Agnolin, que
publicaron el descubrimiento en la revista especializada Cretaceous Research.
En el descubrimiento y el análisis de los fósiles,
participaron investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino
Rivadavia, que depende del Conicet, y el Instituto Antártico Argentino, junto
con estudiantes de paleontología de la Universidad Nacional de La Plata. Además
de Agnolín, en el grupo estuvieron Fernando Novas, Julia D’Angelo, José P.
O’Gorman, Juan Manuel Lirio, Marcelo Isasi, Sebastián Rozadilla, Alexis M.
Aranciaga Rolando y Matías Motta.
El dinosaurio encontrado podía comer plantas duras. Medía
más de 4 metros de largo, incluyendo la cola, y podía correr con patas
esbeltas. Además de ese animal, los científicos identificaron un plesiosaurio
de cuello corto, que era un reptil marino y tenía un hocico largo, y aletas.
"Encontramos los restos de la columna vertebral, la cadera y las patas de
atrás. Es el primer hallazgo de ese tipo de plesiosaurio, que usaba el olfato
cuando cazaba. Es una rareza, porque la mayoría de los plesiosaurios tienen
cuellos largos, y el que descubrimos en la Antártida tiene cuello corto. Esta
especie también desapareció en la misma época que los grandes
dinosaurios", señaló Agnolín.
"Este hallazgo
del plesiosaurio es muy importante porque es el primer espécimen de la familia
Polycotylidae descubierto en la Antártida y nuevamente se muestra una conexión
con la fauna patagónica, ya que en esta región si se habían encontrado un cráneo
de esta familia de plesiosaurios", comentó el paleontólogo Fernando Novas.
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