El análisis de los restos hallados hace más de 20 años
refleja que se trata de un representante de un grupo de pequeños dinosaurios
bípedos comedores de plantas, como recoge la revista PlosOne.
Alguno de los fragmentos del nuevo dinosaurio descrito. |
heraldo.es
La Universidad de Zaragoza en colaboración con el Museo de
Salas de los Infantes de Burgos ha descrito los restos de un nuevo y diminuto
dinosaurio ornitópodo del Barremiense superior (125 millones de años) de Burgos
en la prestigiosa revista PlosOne. Además han reconocido un nuevo grupo llamado
Rhabdodontomorpha, de los cuales se conocían representantes en el Cretácico
Superior, pero no en el Cretácico Inferior, intervalo temporal que se le
consideraba como un linaje fantasma.
El nuevo estudio permite agrupar por primera vez a un tipo
de dinosaurios con el nombre de Rhabdodontomorpha. Se trata de un grupo de
pequeños dinosaurios bípedos comedores de plantas bien representado en el final
del Cretácico de diferentes yacimientos de Norteamérica y Europa, sin embargo
carece de especies descritas en el Cretácico Inferior por lo que se ha
considerado un ejemplo típico de Linaje fantasma en este intervalo temporal. Lo
que en otros contextos se ha usado como “eslabones perdidos”. La historia de la
evolutiva de los dinosaurios tiene numerosos huecos por rellenar, intervalos
temporales que conocemos que un determinado grupo debía vivir, pero del que no
se conoce registro fósil, ahora hay uno menos.
Los restos de un pequeño dinosaurio ornitópodo de Burgos
encontrados hace más de 20 años y que estaban sin estudiar ha deparado la
sorpresa de ser un representante primitivo de Rhabdodontomorpha. Dado que el
material estudiado es fragmentario no se le ha asignado un nuevo nombre de
especie, aunque claramente se trata de un nuevo taxón sin nombrar.
Los huesos pertenecen a cinco ejemplares al menos,
procedentes del yacimiento de Vegajete. Hay huesos de individuos adultos y
juveniles o inmaduros, pero todos ellos son muy pequeños. El material es
fragmentario y desarticulado, a pesar de lo cual hay representación de todos
las partes del esqueleto, cráneo, vértebras, miembros, conservando casi completo
uno de los pies. Diferentes investigadores habían predicho que estos pequeños
dinosaurios bípedos tenían que estar en rocas de más de 100 millones de años
(Cretácico Inferior), ya que sus descendientes se conocen en rocas de hace 70
millones de años (Cretácico Superior). El nuevo estudio confirma esta hipótesis
y, por tanto, han dejado de ser un linaje fantasma. Un buen ejemplo de
investigación científica aplicada a dinosaurios.
La investigación forma parte de un convenio de colaboración
entre la Universidad de Zaragoza y el Museo de Salas de Infantes. Ha sido
liderada por los investigadores Paul Emile Dieudonné y José Ignacio Canudo del
Grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, además han participado
Fidel Torcida (Colectivo arqueológico y paleontológico de Salas), Thierry
Tortosa (Réserve Naturelle Nationale Sainte-Victoire, Marsella, Francia),
Ignacio Díaz Martínez (Universidad Nacional de Río Negro, Argentina). Los
fósiles se encuentran depositados en el Museo de Dinosaurios de Salas de los
Infantes.
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