Daniela Comelli |
Tutankamón fue enterrado con una daga hecha
de una plancha que vino, literalmente, del espacio, según análisis de la
composición de la pequeña espada de hierro hallada en el sarcófago del
faraón.
Usando espectrometría de
fluorescencia de rayos X portátil no invasiva, un equipo de investigadores
italianos y egipcios confirmó que la de la daga de hierro colocada en el muslo
derecho del cuerpo momificado de Tutankamón en Tiene origen meteórico.
El equipo, que incluye investigadores del Politécnico de
Milán, Universidad de Pisa y el Museo Egipcio de El Cairo, detalla sus
resultados en la revista Meteoritics and Planetary Science.
El arma, ahora en exhibición en el Museo Egipcio de El
Cairo, fue descrita en 1925 por Howard Carter, quien descubrió tres años antes
la tumba llena de tesoros, como "una daga de oro muy ornamentado con un
pomo de cristal".
Hecho de metal no oxidado, homogénea, la hoja está
finamente decorada con un mango de oro. Se completa con una funda de oro
adornada con un estampado de flores de lirio en un lado y plumas en el otro en
el otro, rematada con la cabeza de un chacal.
Las últimas mejoras tecnológicas han permitido a los
investigadores determinar la composición de la hoja. "El hierro meteórico
está claramente indicado por la presencia de un alto porcentaje de
níquel", dijo a Discovery News Daniela Comelli, del Departamento de Física
de la Universidad Politécnica de Milán, autora principal del estudio.
De hecho, los meteoritos de hierro están en su mayoría
hechos de hierro y níquel, con cantidades menores de cobalto, fósforo, azufre y
carbono. Si bien los artefactos
fabricados con mineral de hierro extradído en canteras tienen un 4 por ciento
de níquel, como máximo, la hoja de hierro de la daga del faraón Tuntakamó
registraba un 11 por ciento de níquel.
La confirmación adicional del origen meteórico de la hoja
vino de las trazas de cobalto. "La proporción de níquel y cobalto en la
hoja de la daga es consistente con la de los meteoritos de hierro que han
conservado la relación condrítica primitiva durante la diferenciación
planetaria en el sistema solar temprano", dijo Comelli.
Comelli y sus colegas investigadon la posible fuente
geográfica de la hoja de hierro. "Tomamos en consideración todos los meteoritos
que se encuentran dentro de un área de 2.000 kilómetros de radio con centro en
el Mar Rojo, y terminamos con 20 meteoritos de hierro", dijo Comelli.
"Sólo uno, llamado Kharga, presentó un
contenido de níquel y cobalto posiblemente consistente con la composición de la
hoja", agregó.
El fragmento de
meteorito fue encontrado en 2000 en una meseta de piedra caliza de Mersa
Matruh, un puerto marítimo alrededor de 230 kilómetros al oeste de Alejandría.
El estudio muestra que los antiguos egipcios atribuían gran
valor al hierro meteorítico para la fabricación de objetos preciosos,
posiblemente percibiendo que esos trozos de hierro que caen del cielo eran un
mensaje divino.
Comelli destaca que la
alta calidad de la hoja de la daga del rey Tut muestra que la forja de hierro
estaba ya desarrollada con éxito en el siglo 14 AC.
europapress.es
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