-LOS "DISFRACES" SE CONSERVAN EN ÁMBAR-
BO WANG, NANJING
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Los insectos ya eran capaces hace 100 millones de años,
durante el Cretácico, de disfrazarse para evitar ser reconocidos por sus
depredadores o presas.
Se camuflaban envolviéndose en trozos de plantas, granos de
arena, o los restos de sus presas. Un equipo internacional de investigadores,
con la participación de la Universidad de Bonn, ahora ha investigado tales
"capas de invisibilidad" encerradas en ámbar. Los "trajes"
hechos a medida también permiten sacar conclusiones sobre el hábitat del
momento. El estudio ha sido publicado en Science Advances y analiza 35 insectos
preservados en ámbar hallados en Myanmar, Francia y el Líbano.
"Estos fósiles son muy raros, y nos dan ideas sobre la
vida hace más de 100 millones de años", dice el Torsten Wappler del
Instituto Steinmann de la Universidad de Bonn, miembro del equipo de
investigación, que se sorprendió al ver la variedad del camuflaje utilizado por
los insectos en el Cretácico.
Algunas larvas formaban una especie de "armadura de
caballero" de granos de arena, tal vez para protegerse contra las
mordeduras de araña. Con el fin de confeccionar su disfraz, tienen sus
extremidades adaptadas. Otras aparecen envueltas en residuos de plantas, con el
fin de confundirse con su entorno, y hacerse casi indetectables para los
depredadores. "Es muy sorprendente que, tan pronto en la evolución, tal
comportamiento de los insectos llegara ser tan complejo", señalan los
autores.
Basado en el camuflaje de los diversos insectos conervados
en ámbar, el equipo de investigación también extrajo conclusiones sobre el
hábitat en el momento.
El examen de un antepasado de la hormiga león bajo el
microscopio mostró que el camuflaje consistía en pequeños trozos de helecho.
"Se trata de especies de helechos que, por ejemplo, eran los primeros
tipos de plantas en recolonizar después del fuego", explica Wappler. Es de
suponer que, en el Cretácico, el fuego afectó a los árboles y estimuló la
producción de una resina inusualmente fuerte. De esta manera, las larvas
"disfrazadas" quedaron atrapados en la resina de árbol y dejaron
plasmada la escena hasta hoy día.
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