Un nuevo estudio de las variaciones en los ictiosaurios,
reptiles marinos extintos conocido como 'dragones del mar', ha proporcionado
información importante para reconocer nuevas especies fósiles.
JAMES MCKAY |
La profesora Judy Massare (SUNY College at Brockport, Nueva
York) y Dean Lomax (la Universidad de Manchester) han estudiado cientos de
especímenes de ictiosaruios. Después de su último proyecto de investigación,
instan a tener cuidado al nombrar nuevas especies fósiles sobre la base de unos
pocos restos fragmentarios o aislados.
Para su investigación, Massare y Lomax se centraron en una
parte particular del esqueleto del ictiosuario, la aleta trasera (o paleta
trasera). El objetivo fue evaluar las diferentes formas entre las seis especies
conocidas. Examinaron 99 especímenes que podrían proporcionar información útil.
Al principio de su investigación, encontraron diferentes
tipos de aleta híbrida que inicialmente parecían representar diferentes
especies. Sin embargo, mientras más especímenes examinaron, más "variación"
descubrieron, como diferencias en el tamaño y número de huesos. Ellos
determinaron que una sola aleta aislada por sí sola no se podía usar para
distinguir entre las especies de ictiosaurio, pero que una variación particular
era más común en ciertas especies.
Lomax explica en un comunicado: "Dado que tenemos un
tamaño de muestra tan grande y completo, que es relativamente único entre los
vertebrados fósiles, nuestro estudio puede ayudar a ilustrar las limitaciones
que enfrentan los paleontólogos al tratar con pocos o incluso un solo
espécimen".
Sus hallazgos muestran que con solo unos pocos especímenes,
se pueden encontrar características que difieren sustancialmente de un
espécimen al siguiente y, por lo tanto, aparecen como si hubiera varias
especies. Mientras que, en realidad, con un tamaño de muestra mucho más grande,
las brechas en las variaciones "únicas" se completan, mostrando que
las diferencias son simplemente el resultado de la variación individual y la
falta de una imagen completa.
El profesor Massare dijo: "Describimos unas pocas
aletas traseras, que podrían haber sido llamadas nuevas especies si se
encontraran en aislamiento. En cambio, tuvimos suficientes especímenes para
determinar que era solo una variación extrema de una forma común".
Los paleontólogos caen en uno de los dos campos cuando se
trata de nombrar especies, 'lumpers' y 'splitters'. Los primeros juntan grupos
de especímenes similares, mientras que los últimos optan por dividir
especímenes y distinguir nuevas especies. Sin embargo, en este nuevo estudio,
si el equipo hubiera optado por dividir los especímenes en función de la
variación encontrada, sugeriría una gran cantidad de especies.
"Si consideramos la variación como única, significaría
que daríamos nombre a unas 30 especies nuevas. Esto sería similar a lo que se
hizo en el siglo XIX cuando cualquier hallazgo fósil nuevo, fue nombrado como
una nueva especie si difería ligeramente de las muestras previamente conocidas.
"Como se nombran muchas especies nuevas de fósiles cada
año, en algunos casos, como con restos fragmentarios o limitados, la decisión
de nombrar una nueva especie se debe considerar con mucho cuidado". agregó
Lomax.
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