En el yacimiento Los Bastos, en Senillosa, hay estratos que
guardan los secretos de animales prehistóricos que habitaron hace 85 millones
de años.
Un equipo de investigadores realizó la tercera campaña para
extraer restos. Las claves para que lleguen intactos al laboratorio.
Reconstruir el pasado de hace millones de años y conocer los
organismos que habitaron en ese tiempo es parte de la tarea de los
paleontólogos. Los restos fósiles y los sedimentos guardan la clave para
desentrañar esa historia. Pero extraer el material fosilizado del terreno y
acondicionarlo para su estudio es un trabajo minucioso que puede llevar años.
Sobre el yacimiento Los Bastos de Tecpetrol, dentro del
ejido de Senillosa hay estratos que guardan los secretos de hace 85 millones de
años, que corresponden al período del Cretácico Superior. El miércoles un
equipo de investigadores realizó la tercera campaña en el sitio para extraer
restos de enormes dinosaurios.
Se partió temprano y con camionetas se transportaron los
elementos y herramientas necesarios para hacer la excavación. Cuarenta minutos
separan el sitio del casco histórico.
El camino es todo de ripio y se atraviesa por bardas y
máquinas extractoras de petróleo. La última parte es la más exigente para los
vehículos y se puede solo llegar con camionetas.
La excavación es la etapa que sigue a la exploración, que
previamente identificó material de relevancia científica.
Al llegar con piquetas de geólogos y buriles se escarba
alrededor de la pieza, y se comienza con el armado del bochón. Se trata de una
protección de yeso y tela de arpillera que se prepara sobre el terreno y
recubre el material fosilizado.
Una vez fraguado se endurece y permite el traslado de los
restos asegurando que no se dañen. Es útil sobre todo en piezas de gran tamaño.
“En la excavación es muy importante preservar el hueso que
encontramos. Hay que pensar que es un hueso petrificado, muy frágil, y si los
sacamos sin protección se va a romper”, explicó el paleontólogo Flavio
Bellardini, de la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural.
Comentó que en esta tarea “siempre que se saca el bloque de
roca, se deja parte del sedimento para analizarlo y reconstruir el ambiente
donde se encontró”. Esto brindará datos después sobre el ambiente donde vivió
el animal prehistórico.
Después que se extraen los restos se llevan a un
laboratorio. “Es un taller donde trabajamos con martillos neumáticos como lo de
los dentistas, para sacar los huesos de la roca, y para estudiar los huesos hay
que sacarlos de la roca. Es un proceso muy largo que lleva meses generalmente,
pero te deja limpio el hueso, y así podes estudiarlo y compararlo”, detalló
Bellardini.
Una vez lista la pieza se comienza con la tarea de
investigación que consiste en “mirar fotos, dibujos, trabajos de otros
paleontólogos para ver si lo que tenés es algo novedoso o no”.
Apuntó que lo extraído en Los Bastos, al pertenecer a la
formación Portezuelo, se comparará con otros hallazgos en la misma formación.
Es el caso de los descubrimientos en Los Barreales.
El miércoles se recuperaron restos de un saurópodo que se
trasladaron en dos bochones y quedaron para su investigación en el Museo de
Ciencias Naturales.
Como estas piezas de yeso eran muy pesadas se necesitó más
de una persona para cargarlas a la camioneta que estaba a unos 50 metros de la
excavación.
Uno contenía restos de la cadera y el otro unas vértebras.
Durante la excavación se dio una situación fortuita. Dos
hombres que colaboraron tras una recorrida por el sitio hallaron ese día otras
dos vértebras.
Hay campañas paleontológicas que por el tamaño de los huesos
o por haber gran cantidad pueden durar hasta 20 días.
El proceso sigue con la publicación de los resultados para
difundirlo a toda la comunidad científica y se hacen réplicas y conferencias
para compartir lo que se averiguó con todo el público.
Se planea volver a Los Bastos para continuar extrayendo
material . Otro sitio donde se planifica hacer una campaña está en un campo
privado ubicado a 25 kilómetros de Senillosa con gran riqueza paleontológica.
En Senillosa se encontró el Antartosaurus, el primer saurópodo descripto en Patagonia y nombrado por el paleontólogo Von Huene.
Se descubrió hace poco un sitio arqueológico de 4.000 años en Senillosa. Se trataría de grupos nómadas y hay mucho material para ser rescatado.
“Fui a dar una vuelta y me encontré con algo. Me dijo el paleontólogo que era una vértebra de un dinosaurio. No me lo esperaba”.Martín Pérez, chofer de la Municipalidad, que estuvo en la excavación.
“Salí a caminar y vi un fósil. No sé qué será. Una gran experiencia. Ni me lo imaginaba. Me gustaría volver de nuevo acá”.René Sanhueza, chofer de Defensa Civil que fue a la campaña en Los Bastos.
Una idea que comenzó a gestarse desde una escuela
Desde 2016 la ciudad tiene el Museo de Ciencias Naturales.
Está frente a la municipalidad.
“El museo nace por una acción dentro de una entidad
educativa, en el CPEM 15 a través de un proyecto de arqueología y paleontología
que armé cuando era docente en el colegio”, contó Elizabeth Arocena, directora
de turismo y de museos de Senillosa.
A partir de ahí se destinó un edificio de un sector del
ferrocarril para crear el museo y a la par el Municipio contrató al
paleontólogo Flavio Bellardini.
Destacó que una de las importancias de tener un sitio donde
exhibir las piezas permite que el material rescatado se quede en la ciudad. Por
una ley provincial se establece que el material recuperado debe depositarse en
el museo más cercano donde se halaron los restos fósiles.
“Lo que necesitamos ahora es un repositorio donde las piezas
puedan venir directamente al laboratorio y ser estudiadas aquí en Senillosa”,
pidió.
Hoy el museo exhibe una réplica del notosuquio, un pequeño
cocodrilo que corría a gran velocidad. Fue hecho por el escultor Luis Saavedra.
“Desde la parte de turismo se busca potenciar la figura del
notosuquio. Se trata que la gente se apropie de este cocodrilo, y lo pueda usar
en forma de etiqueta en sus productos como la gastronomía”, comentó.
Colaboraron en la expedición de la semana el intendente Hugo
Moenne, personal de Defensa Civil, y la Dirección provincial de Patrimonio
Cultural de la provincia. En la antigua comisaría hoy funciona el museo de
Arqueología, y uno de los proyectos es armar una fototeca de
familias de la ciudad.
Los Bastos: riqueza paleontológica
La historia de hallazgos en Los Bastos comenzó a escribirse
desde 2016, a partir de la denuncia de un trabajador del petróleo, que encontró
cerca de una locación abandonada restos fósiles. “Había encontrado unas
astillas de huesos de un dinosaurio saurópodo. Y aparte de este hallazgo estaba
lleno de astillas, huesos de tortugas, cocodrilos, todas cosas aisladas y
rotas. Y el mismo trabajador hizo otras dos denuncias, y efectivamente había
encontrado otro sitio con huesos más enteros y metidos en la roca”, relató el
paleontólogo Bellardini.
Del sitio ya se rescataron un fémur, vértebras, costillas,
tibia pertenecientes a dinosaurios saurópodos que se estima medían 20 metros de
largo.
Además huesos de tortugas, de un dinosaurio carnívoro,
cocodrilos (notosuquio), y lo que podría ser un reptil volador.
“Son estratos continentales fluviales. Antes era todo un
sistema de ríos meandrosos. Por eso encontramos muchos fósiles. Porque el agua
los transportaba los huesos a las carcazas, o los organismos morían ahí y
quedaban en la carcaza”, explicó e informó que en ese tiempo la vegetación
estaba compuesta de araucarias y palmeras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario