El tamaño fue clave en el paso evolutivo de vertebrados de
“sangre fría” a “sangre caliente”
Los dinosaurios desarrollaron un metabolismo mayor a medida
que
disminuyeron en tamaño para dar lugar a aves de sangre caliente
(Mauricio
Álvarez)
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La capacidad de autorregular la temperatura corporal en aves
y mamíferos se considera una de las transiciones más importantes en la
evolución de los vertebrados y fue fundamental para su supervivencia en
diferentes ambientes. Pero el cómo y el porqué del desarrollo de la endotermia
sigue siendo controvertido.
Según un nuevo estudio publicado en Science Advances, la
reducción del tamaño de los dinosaurios a medida que evolucionaron hacia las
aves actuales correspondió con un aumento en su metabolismo que, gradualmente,
permitió a los organismos regular su propia temperatura corporal.
Los investigadores estimaron el tamaño de terópodos, un
grupo de dinosaurios
con tres dedos (Userb4093267_225 / Getty
Images/iStockphoto)
|
Aunque energéticamente costosa, “la sangre caliente” tiene
muchos beneficios, como permitir vivir en un rango geográfico más amplio y así
posibilitar una mayor movilidad, resistencia y tolerancia a condiciones más
duras. Sin embargo, dado que la evolución de la endotermia ha dejado pocas
huellas en el registro fósil, es complicado para los científicos comprender sus
orígenes.
“Para entender cómo, cuándo y por qué surgió la endotermia
durante la evolución de las aves y mamíferos, se deben considerar dos preguntas
fundamentales: cuáles son los costos y beneficios de esta estrategia en
comparación con la ectotermia y, en qué condiciones se favorecerá la transición
hacia la endotermia”, apuntan los autores en el artículo.
Para responder a ambas cuestiones, Enrico Rezende, profesor
de Ecología Funcional y Evolutiva en la Pontificia Universidad Católica de
Chile, y sus colegas reconstruyeron la evolución de las tasas metabólicas a lo
largo del linaje de dinosaurios que dio lugar a las aves.
Ilustración de los distintos gastos energéticos en función
del tamaño
(Mauricio Alvarez)
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Consideraron 10.000 tamaños de cuerpo que abarcaban desde
los 10 gramos hasta los 100.000 kilogramos, el rango de los pesos observados
dentro de la filogenia de los terópodos. El resultado final fue la distribución
en función del tamaño del aumento en el metabolismo requerido para expandir la
temperatura del ambiente en la que poder habitar en 1°C.
Los investigadores encontraron que las tasas metabólicas
aumentaron constantemente durante la mayor parte de entre los periodos del
Jurásico Temprano y Medio (hace aproximadamente entre 180 y 170 millones de
años).
Sus modelos indican que un dinosaurio de sangre caliente
necesitaría reducir su tamaño 8,55 veces para alcanzar los mismos
requerimientos de energía que un ectotermo del mismo tamaño original, lo que
significa que un pájaro de 43,3 kilogramos tendría los mismos requerimientos de
energía que su ancestro dinosaurio de 370 kilogramos.
Los datos mostraron un gradiente de niveles metabólicos en
la filogenia terópoda. Mientras que los terópodos más antiguos exhibirían
menores tasas metabólicas, los linajes más recientes probablemente fueron
decentes reguladores de su temperatura corporal con un metabolismo elevado.
Para Rezende y sus colegas los resultados sugieren que una
reducción en el tamaño permitió la regulación interna de la temperatura
corporal al evitar tanto gasto energético, maximizando la expansión del nicho
térmico -la horquilla de temperaturas en las que pueden vivir- al tiempo que
evitaba los costos de los elevados requisitos de energía.
“Las hipótesis detalladas derivadas de nuestro modelo, con
respecto a la variación en los niveles metabólicos a través de los linajes de
terópodos, pueden ser fácilmente puestas a prueba y deben estar sujetas a un
escrutinio adicional”, dijeron los investigadores en un comunicado.
Para los autores, estos análisis proporcionan una secuencia temporal
tentativa de las transiciones clave en la evolución que resultaron en la
aparición de pequeños dinosaurios voladores, endotérmicos y con plumas.
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