La mayoría de las emisiones volcánicas se
produjeron antes de la extinción, lo que debilita la tesis de la megaerupción
Las coautoras del estudio, tomando
muestras del límite Cretácico/Terciario en
un sondeo. De izquierda a derecha:
Jessica Whiteside, Laia Alegret y
Pincelli Hull. T. BRALOWER
|
Hace 66 millones de años la Tierra sufrió
dos grandes fenómenos casi a la vez (para la escala temporal geológica). De un
lado, en lo que hoy es India se produjo una megaerupción volcánica que arrojó
unos 500.000 kilómetros cúbicos de lava. Del otro, un asteroide de unos 10
kilómetros de diámetro impactó frente a las costas del Yucatán mexicano. Lo
siguiente fue la extinción del 70% de las especies, entre ellas todos los
dinosaurios no alados. Los científicos llevan años discutiendo cuál de los dos
eventos provocó la gran mortandad. Ahora, una reconstrucción del clima de
entonces podría ser la confirmación definitiva de la teoría del impacto, al
anticipar en cientos de miles de años lo peor de la erupción.
"Hemos reconstruido la temperatura
global de aquel tiempo de la forma más detallada hasta ahora", dice la
paleontóloga de la Universidad de Zaragoza Laia Alegret, coautora del estudio
en el que ha intervenido una treintena de científicos. Usando varios
indicadores, desde la variación de diversos elementos químicos hasta moluscos o
dientes de peces fosilizados, pasando por microorganismos como losforaminíferos, los investigadores pudieron recrear el clima de finales del
periodo Cretácico y principios del Terciario (o Paleógeno), cuando ocurrió la
gran extinción que marca el límite entre ambos periodos, lo que los geólogos y
paleontólogos llaman el límite K/Pg (límite Cretácico-Paleógeno).
La curva de temperaturas que han
obtenido, publicada en la revista Science, muestra que entre 300.000 y 215.000
años antes del final del Cretácico se inició una época especialmente cálida,
con un calentamiento global de unos dos grados. Sin embargo, para cuando se
produjo la transición K/Pg, el clima se había vuelto a enfriar. Lo siguiente
fue modelar distintos escenarios de cómo y cuándo pudo ser la megaerupción en
la meseta india del Decán, para determinar su impacto en aquel cambio
climático.
Los principales pulsos de lava se produjeron miles de años después del impacto
La comparación entre las temperaturas
realmente producidas con las que deberían de producir los distintos modelos
volcánicos muestra que "entre la mitad y el 87% de los gases se emitieron
mucho antes del impacto", apunta Alegret. Es decir, para haber provocado
la temperatura observada, la mayor parte de las emisiones se tuvieron que
producir en ese periodo anterior a la gran extinción, aunque los principales
pulsos de lava se produjeran miles de años después del asteroide.
"La cuestión del cuándo de la
desgasificación es importante porque muchos de los argumentos en favor de que
[el vulcanismo] del Decán pudo desempeñar un papel en el evento de extinción
tienen que ver con la potencial liberación de gases de efecto
invernadero", comenta en un correo el investigador del Centro Alemán para
la Investigación en Geociencias GFZ y coautor del estudio Michael Henehan. Y la
cantidad de gases liberados, en particular CO2, debió de ser "lo
suficientemente grande como para pensar que tal vez bastara para provocar
grandes cambios climáticos y causar una gran extinción", completa.
Las emisiones volcánicas calentaron el planeta dos grados, pero 200.000 años antes del impacto del asteroide
Pero, como dice la principal autora del
estudio, la profesora de geología de la Universidad de Yale (EE UU) Pincelli
Hull, la mayor parte de las emisiones cesaron "unos 200.000 años antes de
la extinción masiva". De hecho, a pesar del calentamiento generalizado, la
ratio de extinciones revelada por el registro fósil apenas cambia. Algunas
especies se desplazaron a latitudes más altas durante el calentamiento, pero
regresaron antes del impacto. "En resumen, hubo desgasificación pero fue
en otro momento y tuvo un efecto relativamente pequeño sobre los seres vivos de
ese tiempo. Por el contrario, el impacto coincide precisamente con la extinción
masiva de los organismos marinos. Así que descartamos que las erupciones como
factores que intervinieron en la extinción", concluye Hull.
Sin embargo, desde el lado opuesto de la
mesa aseguran que el debate aún no está cerrado: "Aunque este trabajo
muestra bastantes pruebas que apuntalan la conclusión de los autores de que las
traps del Decán pudieron no jugar un papel significativo en la extinción masiva
de los organismos marinos del fin del Cretácico, no creo que la causa de
aquella gran extinción sea un caso cerrado", responde en un correo la
investigadora de la Universidad de Florida Courtney Sprain, que ha publicado
varios trabajos sobre la cronología del vulcanismo de la meseta del Decán.
Además de cuestionar algunas inconsistencias del estudio ahora publicado,
considera que también se han acumulado suficientes pruebas que apuntarían a que
las erupciones sí afectaron a la vida, al menos a la de las especies
terrestres.
Sprain además tira de la historia
geológica: "En los últimos 500 millones de años ha habido cinco
extinciones masivas y cuatro de ellas correlacionan temporalmente con grandes
erupciones volcánicas. Y, como último argumento para la discusión, reitera que
el inicio del vulcanismo en el Decán coincide también en el tiempo con cambios
en el clima y con registros de estrés ecológico en algunas especies terrestres.
"Todo esto sirve para sostener que los traps del Decán pudieron haber
debilitado los ecosistemas, haciéndolos más susceptibles a los efectos del
impacto de un meteorito", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario