Dirigió ‘Informe semanal’, era la editora de igualdad y fue
la candidata más valorada en el concurso público para presidir RTVE
La periodista Alicia Gómez Montano, en 2014. RTVE
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La periodista de Televisión Española Alicia Gómez Montano
(Madrid, 1955), que desde hace poco más de un año desempeñaba el cargo de
editora de igualdad de la cadena pública, ha fallecido este sábado en Madrid a
causa de un cáncer. Desde ese puesto se encargó de fomentar en los servicios
informativos contenidos enfocados a reducir la brecha que separa a hombres y
mujeres. Su lucha en favor de la igualdad era una de sus grandes batallas. La
otra, la defensa de la televisión pública. Su compromiso fue tan sólido que
hace año y medio decidió presentarse al concurso público convocado por el Parlamento para ocupar una plaza en el consejo de administración y ser
presidenta de la corporación. Del centenar de aspirantes fue la número uno.
Obtuvo la calificación más alta y si la parálisis legislativa no se hubiera
interpuesto en su camino podría haber sido la máxima autoridad de la
corporación desde hace meses.
En todo momento, en su vida personal y profesional, llevó
como estandarte la honestidad. Se sentía a menudo como la Alicia del cuento,
saltando de un lado al otro del espejo. Lamentaba sobre todas las cosas la
tutela política que todos los gobernantes han ejercido en la radiodifusión
pública de ámbito estatal y autonómico, algo que veía como un déficit
democrático. Siempre que tenía ocasión recordaba que los medios públicos
pertenecen a sus ciudadanos y deben ser su altavoz. "Por razones
históricas y políticas en España la televisión pasó de manos del franquismo a
manos de la democracia, un cambio fantástico sin duda, pero el poder, el mando
a distancia, lo siguieron teniendo los políticos aunque ahora fueran los
elegidos democráticamente por los ciudadanos", afirmaba en una entrevista en este periódico. Pensaba que la sociedad civil había quedado fuera de este
proceso y de alguna manera todos los ciudadanos se acostumbraron a ello.
"Costará tiempo pero hay que romper la burbuja", decía. Consideraba
que políticos, profesionales y ciudadanos debían cambiar su concepto de lo que
son los medios públicos.
Gómez Montano se doctoró en Ciencias de la Información por
la Universidad Complutense de Madrid y desarrolló casi toda su carrera
profesional en RTVE. Tras una breve etapa en Radio 3, en 1982 se incorporó al
centro territorial de TVE en Navarra. Ya en Madrid, en 1988, su primera crónica
de amplio alcance fue la huelga general del 14-D. Cubrió aquella jornada
histórica desde un helicóptero alquilado por TVE. Quería reflejar cómo se veía
desde el aire una ciudad paralizada por la protesta. Le horrorizaban los
helicópteros pero superó la prueba.
En TVE trabajó con Jesús Hermida antes de hacerse cargo de
la jefatura del área de Nacional del Telediario en los tiempos en los que María
Antonia Iglesias dirigía los informativos. En 1996, tras la victoria de José
María Aznar, fue relevada del cargo y nombrada subdirectora de Informe semanal.
Dejó de abordar coberturas políticas y se centró más en asuntos de carácter
cultural. Fue su refugio. Y en él se acomodó. Desde de mayo de 2004 hasta agosto de 2012 estuvo al frente de este espacio. Más tarde se trasladó a En
Portada, que en aquellos tiempos se emitía en un horario “clandestino”, como
solía recordar.
Gómez Montano llegó a RTVE cuando la televisión pública
seguía anclada en el pasado. “Olían un poco a rancios”, decía. Pero pronto
cambiaron de tono. La modernidad llegó de la mano de Lalo Azcona, Rosa María
Mateo, Paco Lobatón o Ángeles Caso. Representaban el cambio y una manera
distinta de contar las noticias.
Pese a los vaivenes que han sacudido a la televisión pública
su idea del servicio público la ha mantenido intacta. Gómez Montano ha sido una
defensora de una televisión independiente, plural, creíble y no subordinada a
la audiencia. “A los políticos y a algunos profesionales les gusta mucho jugar
con esas confusiones, equiparando calidad a audiencia y credibilidad a
audiencia. Y creo que la audiencia no tiene por qué coincidir muchas veces ni
con la calidad ni con la credibilidad”, confesaba en su conversación con Carlos
Gómez, recogida en el libro Por una mirada ética. Plasmó su visión del medio en
el libro La manipulación en televisión y a lo largo de su trayectoria
profesional obtuvo numerosos premios, entre ellos la medalla de plata del
Festival Internacional de Cine y Televisión de Nueva York por un reportaje
sobre las Brigadas Internacionales y el premio de investigación del Consejo
Audiovisual de Cataluña por un trabajo sobre el pluralismo y la tutela política
en los medios públicos.
Su compromiso con la televisión pública fue tenaz y absoluto. Eludió acogerse al expediente de regulación de empleo de RTVE, que
garantizaba de por vida un sueldo similar al que percibía en activo. No le
parecían éticas aquellas prejubilaciones de oro. Decidió quedarse en TVE y
seguir haciendo reportajes. Su última misión en RTVE era garantizar la igualdad
entre hombres y mujeres, tanto en contenidos como en presencia activa en la
televisión, contribuir a eliminar las malas prácticas, prejuicios y los sesgos
inconscientes y recortar la brecha por razón de género. Su compromiso con el
periodismo independiente y la libertad de expresión la llevó a la
vicepresidencia de la sección española de Reporteros sin Fronteras. A finales
de diciembre no faltó a la cita para presentar el informe anual sobre la
libertad de prensa en el mundo. Una libertad a la que dedicó su vida.
La capilla ardiente de la periodista madrileña estará
instalada este sábado en el tanatorio Norte de la capital, en la calle de
Valdegovía 8.
*En la Semana de la Ciencia de 2014 tuvimos la suerte y el honor de tenerla en Salas de los Infantes (Burgos) con la charla "La Ciencia en la Aldea Global".
Gracias por todo su buen hacer y nuestro más sentido pésame a la familia y amigos. STTL.
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