¿Qué sabemos sobre aquella roca asesina que oscureció los
cielos durante decenas de años, levantó el volumen del mar sobre las cabezas de
los grandes animales, y provocó terremotos y violentos eventos volcánicos?
El evento de extinción masiva de hace 65 millones de años,
que acabó con la mayor parte de especies de la Tierra (entre ellos, los
dinosaurios) ha sido enormemente divulgado y es, probablemente, el evento más
famoso de la prehistoria, y también, uno de los que provoca mayor fascinación.
¿Qué sabemos sobre aquella roca asesina que oscureció los
cielos durante decenas de años, levantó el volumen del mar sobre las cabezas de
los grandes animales, y provocó terremotos y violentos eventos volcánicos?
Para empezar, los científicos calcularon hace tiempo que la
gran roca tenía unos 15 kilómetros de diámetro. Esto quiere decir que, en el
momento de la colisión con la Tierra, este asteroide tuvo la altura en el cielo
de un avión de pasajeros.
Gracias a los expertos de la NASA y ESA sabemos que,
diariamente, rocas de diferentes tamaños se integran en la atmósfera terrestre.
La mayoría no llegan a la superficie dado que se desintegran en su viaje a la
superficie; otras, del tamaño de ladrillos, causan pequeños daños. Pero
bastaría con que una roca tuviese un diámetro de, al menos 10 kilómetros para
comprometer la vida en la Tierra tal y como la conocemos.
La fuerza con la que golpeó a la Tierra fue mil millones de
veces superior a la de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Creó
terremotos superiores a 10 en la escala de Richter; creó maremotos monstruosos,
elevando la totalidad de la profundidad del mar; dejó un cráter, o “zona cero”,
de 200 kilómetros de diámetro; y lanzó materiales a la atmósfera, los
suficientes para crear un invierno global que impidió el paso de los rayos
solares.
La vida en la Tierra se tambaleaba; los animales morían
directa o indirectamente a causa del impacto; y aquí, los grandes triunfadores
fueron los animales más pequeños y versátiles: mamíferos de pequeño tamaño que
fueron capaces de refugiarse bajo en suelo y alimentarse de granos. Estos
animales fueron los más inteligentes, entendiendo la inteligencia en su
definición original, como la capacidad de adaptarse a los cambios. Así, los
mamíferos heredaron la Tierra, y la hegemonía de los grandes saurios llegó a su
fin.
Pese a que es mucho lo que sabemos sobre esta catástrofe, y
existen pruebas suficientemente sólidas para saber que, en efecto, ocurrió,
existen corrientes de científicos que opinan que fue el vulcanismo, y no el impacto del asteroide, lo que tuvo mayor peso a la hora de provocar la
extinción masiva; independientemente de que ambos hechos fueran ciertos.
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