Los dinosaurios se adueñaron de la Tierra después de adaptarse a temperaturas gélidas que causaron la llamada Extinción del Triásico-Jurásico hace unos 202 millones de años, que acabó con los grandes reptiles que hasta entonces gobernaban el planeta.
Así se explica en un estudio dirigido por la Universidad de
Columbia (Estados Unidos) y publicado este viernes en la revista ‘Science Advances’.
Los dinosaurios desaparecieron hace unos 66 millones de años
tras la colisión de un meteorito en la Tierra, lo que desencadenó un invierno
global porque el polvo y los escombros asfixiaron la atmósfera.
Pero hace 202 millones de años hubo una extinción más
misteriosa y menos discutida que terminó con los grandes reptiles que dominaban
el planeta, y despejó el camino para que los dinosaurios tomaran el control.
El mundo era generalmente cálido y húmedo en el Triásico,
que precedió a esa gran extinción, y durante el Jurásico, que inició la era de
los dinosaurios.
El nuevo estudio cambia la idea de que los dinosaurios
preferían el calor porque ofrece la primera evidencia física de que las
especies de dinosaurios del Triásico, entonces un grupo menor relegado en gran
medida a las regiones polares, soportaban regularmente condiciones de
congelación.
Así lo revelan huellas de dinosaurios junto con extraños
fragmentos de roca que solo podrían haber sido depositados por el hielo. El
estudio se basa en excavaciones recientes en el desierto remoto de la cuenca
Junggar (noroeste de China.
Los autores del trabajo señalan que, durante la extinción
del Triásico-Jurásico, las olas de frío que ya estaban ocurriendo en los polos
se extendieron a latitudes más bajas y mataron a los reptiles de sangre fría.
Los dinosaurios, ya adaptados, sobrevivieron al cuello de botella evolutivo y
se dispersaron.
"Los dinosaurios estuvieron allí durante el Triásico
bajo el radar todo el tiempo", apunta Paul Olsen, geólogo del Observatorio
de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia y autor principal del
estudio, que añade: “La clave de su eventual dominio fue muy simple. Eran
fundamentalmente animales adaptados al frío. Cuando hacía frío por todas partes,
ellos estaban listos y otros animales no”.
PANGEA
Se cree que los dinosaurios aparecieron por primera vez
durante el Triásico en latitudes templadas del sur hace unos 231 millones de
años, cuando la mayor parte de la tierra del planeta se unió en un continente
gigante que los geólogos llaman Pangea.
Llegaron al extremo norte hace unos 214 millones de años.
Hasta la extinción masiva hace 202 millones de años, las regiones tropicales y
subtropicales más extensas intermedias estaban dominadas por reptiles,
incluidos parientes de cocodrilos y otras criaturas temibles.
Durante el Triásico y la mayor parte del Jurásico, las
concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono oscilaron en 2.000 partes
por millón o más, cinco veces los niveles actuales, por lo que las temperaturas
debieron haber sido intensas.
Entonces no hay evidencia de casquetes polares y las
excavaciones han demostrado que los bosques caducifolios crecieron en las
regiones polares. Sin embargo, algunos modelos climáticos sugieren que las
latitudes altas fueron temporalmente frías; incluso con todo ese CO2, habrían
recibido poca luz solar buena parte del año y las temperaturas descenderían al
menos estacionalmente. Pero hasta ahora, nadie ha presentado ninguna evidencia
física de que se hayan congelado.
El final del Triásico -un periodo geológicamente breve de
quizás un millón de años- vio la extinción de más de las tres cuartas partes de
todas las especies terrestres y marinas del planeta, incluidas las criaturas
con caparazón, los corales y todos los reptiles de tamaño considerable.
Sobrevivieron animales que vivían en madrigueras, como las
tortugas, al igual que algunos mamíferos primitivos. No está claro qué sucedió
exactamente, pero muchos científicos lo relacionan con una serie de erupciones
volcánicas masivas que podría haber durado cientos de años seguidos.
En ese momento, Pangea comenzó a dividirse y abrió lo que
ahora es el océano Atlántico, con lo que separó lo que ahora es América de
Europa, África y Asia. Entre otras cosas, las erupciones habrían provocado que
el dióxido de carbono atmosférico se disparara más allá de sus niveles ya altos
y causaron picos de temperatura mortales en la tierra y convirtieron las aguas
del océano en demasiado ácidas para que muchas criaturas sobrevivieran.
Los autores del nuevo estudio citan un tercer factor: las
fases más feroces de las erupciones habrían arrojado aerosoles de azufre que
desviaron tanta luz solar que causaron repetidos inviernos volcánicos globales
que superaron los altos niveles de gases de efecto invernadero.
Estos inviernos podrían haber durado una década o más;
incluso los trópicos pueden haber visto condiciones de congelación sostenidas.
Esto mató a los reptiles no aislados, pero los dinosaurios adaptados al frío
pudieron aguantar.
PLUMAS
La evidencia de los investigadores está en las formaciones
de arenisca y limolita de grano fino dejadas por sedimentos en fondos de lagos
antiguos poco profundos en la cuenca de Junggar. Los sedimentos se formaron
hace 206 millones de años durante el Triásico tardío, a través de la extinción
masiva y más allá.
En ese momento, antes de que las masas terrestres se
reorganizaran, la cuenca se encontraba a unos 71 grados al norte, muy por
encima del Círculo Polar Ártico. Las huellas encontradas por los autores
muestran que los dinosaurios estaban presentes a lo largo de las costas.
Mientras tanto, los investigadores encontraron abundantes guijarros lacustres
de hasta 1,5 centímetros de ancho dentro de sedimentos normalmente finos. Lejos
de cualquier línea de costa aparente, los guijarros no tenían por qué estar
allí. La única explicación plausible de su presencia es que se trataba de
escombros transportados por hielo.
“Esto muestra que estas áreas se congelaron regularmente y
que a los dinosaurios les fue bien”, recalca Dennis Kent, geólogo de
Lamont-Doherty.
¿Cómo lo hicieron? Se ha ido acumulando evidencia desde la
década de 1990 de que muchos, si no todos, los dinosaurios no aviares,
incluidos los tiranosaurios, tenían plumas primitivas que aislaban del frío.
También hay buena evidencia de que, a diferencia de los reptiles de sangre
fría, muchos dinosaurios poseían sistemas de metabolismo alto de sangre
caliente. Ambas cualidades habrían ayudado a los dinosaurios en condiciones
gélidas.
"Episodios invernales severos durante las erupciones
volcánicas pueden haber traído temperaturas bajo cero a los trópicos, que es
donde parecen haber ocurrido muchas de las extinciones de grandes vertebrados
desnudos y sin plumas", indica Kent, que añade: “A nuestros amigos de
plumas finas, aclimatados a temperaturas más frías en latitudes más altas, les
fue bien”.
Stephen Brusatte, paleontólogo en la Universidad de
Edimburgo (Reino Unido), subraya que “existe el estereotipo de que los
dinosaurios siempre vivieron en exuberantes selvas tropicales, pero esta nueva
investigación muestra que las latitudes más altas habrían estado heladas e
incluso cubiertas de hielo durante partes del año”. "Resulta que los
dinosaurios que vivían en latitudes altas ya tenían abrigos de invierno, mientras
que muchos de sus competidores del Triásico se extinguieron", apostilla.
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