miércoles, 7 de septiembre de 2022

Heces de 300 millones de años revelan la dieta del Carbonifero

Moléculas orgánicas conservadas en heces de animales fosilizados de 306 millones de años han revelado información sobre las dietas de animales extintos hace mucho tiempo y ecosistemas prehistóricos.   

Muestra de coprolito usada en el estudio - UNIVERSIDAD DE CURTIN
"Las muestras, recolectadas de Mazon Creek en Illinois y suministradas por el Field Museum de Chicago, son los primeros coprolitos de la era carbonífera de 60 millones de años que se se estudiarán en busca de moléculas orgánicas", declaró en un comunicado Madison Tripp, autora de la investigación, publicada en Biology, y estudiante del WA-Organic and Isotope Geochemistry Center (WA-OIGC) de la Universidad de Curtin.   

"Al estudiar estas moléculas conservadas dentro de las muestras de heces fosilizadas, encontramos información dietética fascinante sobre un animal extinto no identificable del pasado distante de la Tierra, que muestra que el animal era carnívoro o tenía una dieta predominantemente carnívora.  

"El análisis molecular de las heces o coprolitos mostró dos indicadores claros de que el animal era carnívoro. Uno era la alta proporción de una variedad de moléculas derivadas del colesterol, que está presente en la mayoría de los animales, y el otro es una clara falta de biomarcadores derivados de plantas".

"Interpretar las dietas de animales extintos a través del análisis biomolecular de coprolitos es importante para estudiar entornos y ecosistemas antiguos, lo que puede tener implicaciones para la comprensión de nuestros ecosistemas actuales".  

Kliti Grice, directora de WA-OIGC, dijo en un comunicado que la investigación destacó la importancia de los sitios fósiles excepcionalmente conservados, como como Mazon Creek.

"Estas masas duras y compactas o concreciones de carbonato, que se sabe que encapsularon rápidamente la flora y la fauna y son responsables de la preservación excepcional en Mazon Creek, son importantes no solo para la preservación de los tejidos blandos sino también para la preservación biomolecular", dijo el profesor Grice.

"Esto significa que podemos analizar e investigar animales y ecosistemas antiguos, incluso cuando el ADN intacto ya no está presente.

"Nuestro estudio destaca la importancia de los estudios futuros sobre la preservación molecular de tales especímenes, que tienen el potencial de contener información paleoambiental y ecológica significativa que amplía nuestra investigación previa sobre fósiles del Devónico y el Jurásico".

europapress.es

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