Cráneo de 'Pantolambda'. / G Funston. |
Cuando el asteroide eliminó a los dinosaurios hace 66
millones de años, algunos mamíferos sobrevivieron y aumentaron de tamaño muy
rápidamente para ocupar los nichos ecológicos que dejaron vacantes el
Tyrannosaurus rex, el Triceratops y otros dinosaurios gigantes.
Los pantodontes (Pantodonta) son unas antiguas bestias, de
unos 62 millones de años de antigüedad, que fueron el primer grupo conocido de
grandes herbívoros que evolucionaron hacia una amplia gama de formas, pero se
extinguieron en el Eoceno. Estos y otros mamíferos respondieron a la extinción
de los dinosaurios diversificándose y aumentando el tamaño de su cuerpo.
Un equipo de científicos, liderados por Gregory Funston,
paleontólogo canadiense en la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), fotógrafo
y explorador, ha descubierto a través del análisis dental de restos fósiles del
yacimiento en el Parque Nacional Badlands, Dakota del Sur (EE UU), que los
primeros grandes mamíferos posteriores a los dinosaurios crecían el doble de
rápido que los actuales de tamaño equivalente y tenían una vida
comparativamente más corta.
En su estudio, publicado en la revista Nature, los autores
han utilizado diversos métodos, como el mapeo de oligoelementos dentales, para
esclarecer la historia vital del pantodonte Pantolambda bathmodon.
Sabemos que crecían rápido y morían jóvenes por las marcas de crecimiento en sus huesos y dientes
Gregory Funston
“Sabemos que crecían rápido y morían jóvenes por las marcas
de crecimiento en sus huesos y dientes. Estos fósiles muestran una disminución
de la tasa de desarrollo justo antes de la primera marca de crecimiento anual,
que ocurre cuando un animal alcanza la madurez sexual y desvía la energía del
crecimiento a la reproducción”, declara a SINC Funston.
Reconstrucción de 'Pantolambda', juvenil y adulto. / S Shelle |
Esto demuestra que P. bathmodon alcanzó la madurez sexual antes de su primer cumpleaños, lo que es bastante rápido para un mamífero de su tamaño. “Descubrimos que murió a un ritmo igualmente rápido, porque tomamos muestras de varios individuos de un yacimiento donde se conservan juntos”, continúa.
Vidas cortas con crías bien desarrolladas al nacer
La mayoría de los individuos del yacimiento estudiado tenían
entre tres y cuatro años cuando murieron, pero el más viejo tenía once. De esta
forma constataron que incluso el espécimen más antiguo encontrado murió a una
edad cercana a la mitad de la esperanza de vida de un animal de ese tamaño en
la actualidad: unos veinte años.
Ser capaces de producir crías grandes ayudó a los mamíferos a transformarse desde los humildes ancestros del tamaño de un ratón que convivían con los dinosaurios, hasta la gran variedad de especies actual
Stephen Brusatte
Funston et al. |
Este hecho casi siempre asegura el éxito de una especie,
porque permite que la población crezca muy rápidamente. Solo más adelante
podría haberse convertido en una desventaja, al competir con otras que
necesiten menos recursos para sobrevivir.
Una relación poco clara con los mamíferos posteriores
Esta historia de vida no tiene un análogo moderno. P.
bathmodon se reproducía como un mamífero placentario. Las crías nacían en un
estado de desarrollo avanzado y eran destetadas en uno o dos meses; luego
morían antes de cumplir los diez años.
“Sospechamos que son un buen ejemplo para otros mamíferos
placentarios de la misma época. Conocemos que están estrechamente relacionados
con muchos de ellos, pero los pantodontes son especiales porque fueron el
primer tipo de mamífero que se hizo realmente grande, y eran los más gigantes
que habían existido en ese momento”, afirma el paleontólogo.
No esperamos que todos los mamíferos de la época hayan adoptado la misma estrategia, pero es probable que al menos fueran similares a lo que vemos en 'Pantolambda'
Gregory Funston
Por este motivo, son un grupo central con respecto a la cuestión del tamaño en este período de tiempo, y revelan el mecanismo que utilizaron —crías más grandes— para hacerse enormes en escalas de tiempo evolutivas rápidas. “No pensamos que todos los mamíferos de la época adoptaran la misma estrategia, pero es probable que al menos fueran similares a lo que vemos en Pantolambda”, continúa.
No está claro qué lugar ocupan los pantodontes en el árbol genealógico de los mamíferos. Se cree que están estrechamente relacionados con los mamíferos placentarios, que nos incluye a nosotros. Sin embargo, es difícil desentrañar las relaciones de estos seres vivos, justo después de la extinción de los dinosaurios, porque aún no tienen los conjuntos de características que se utilizan para agrupar a las especies vivas actualmente.Reconstrucción de 'Pantolambda', juvenil y adulto. / S Shelle. |
Precisar la fecha de nacimiento de estos animales extintos
Con los métodos avanzados utilizados en este trabajo, los
científicos pueden precisar la fecha de nacimiento de los mamíferos extintos.
Es una técnica de vanguardia que revela cuándo nació un animal fósil, cuántos
días mamó y qué edad tenía cuando murió.
“El mapeo de oligoelementos se realiza mediante un láser muy
preciso que vaporiza pequeños trozos de material cada vez y envía estos gases a
través de una máquina que lee la composición elemental. Al vaporizar todo el
diente poco a poco, podemos reconstruir su composición elemental traduciendo
las concentraciones de elementos en colores de píxeles para la parte
correspondiente del diente”, explica Funston.
Es como leer sus diarios, pero grabados en sus dientes
Gregory Funston
Gregory Funston durante el estudio. / Funston et al. |
Una apariencia que nada tiene que ver con su genealogía
Pantolambda no es una mezcla de perro y cerdo en sentido
genealógico, no estaba estrechamente relacionado con ninguno de esos tipos de
animales. Sin embargo, parecía una extraña mezcla de perro, cerdo y oso, porque
tenía una serie de características físicas que hoy asociamos con esos grupos.
Entre ellas, extremidades robustas (osos), un torso grande y profundo (cerdos)
y una cara de hocico corto y cola larga (perros). Sin embargo, se trataba de un
tipo de animal completamente distinto, sobre cuyo estilo de vida ahora sabemos
mucho más.
“Sabemos que eran herbívoros y que pesaban unos 42 kg cuando
eran adultos. Además, tenían una vida rápida y nacían listos para la acción.
Alcanzaban la pubertad en aproximadamente un año y la mayoría habrían muerto a
los 3 o 4 años, o llegar hasta la década”, indica Funston.
Tenían una vida rápida y nacían listos para la acción. Alcanzaban la pubertad en aproximadamente un año y la mayoría habrían muerto a los 3 o 4 años
Gregory Funston
Imagen de dron del yacimiento de fósiles de Badlands. / G Funston. |
Un reto y un estímulo para los investigadores
Para Stephen Brusatte, este estudio ha sido muy inspirador:
"La mayor parte de mi carrera he estudiado los dinosaurios, pero este
proyecto sobre el crecimiento de los mamíferos es el estudio más emocionante en
el que he participado, ya que estoy asombrado de que hayamos sido capaces de
identificar las huellas químicas del nacimiento y el destete en dientes tan
antiguos".
Estamos reconstruyendo la vida cotidiana de estos mamíferos, no mediante comparaciones y estimaciones, sino con datos reales correspondientes a los días en que estos animales estaban vivos
Gregory Funston
Estudios previos, con los mismos métodos, se limitaban a
especies vivas o a ancestros recientes, como el Australopithecus, de unos dos
millones de años. El éxito de Funston y su equipo es utilizarlos en un fósil de
mucha más antigüedad, que establece un nuevo futuro para saber más sobre la
vida oculta de mamíferos aún más antiguos.
“Estamos
reconstruyendo la vida cotidiana de estos mamíferos, no mediante comparaciones
y estimaciones, sino con datos reales correspondientes a los días en que estos
animales estaban vivos. Es extraordinario que ahora sepamos más sobre la
historia de la vida de Pantolambda que sobre algunos mamíferos raros que viven
hoy en día. Tal vez lo más emocionante es que podremos aprender sobre otros
mamíferos con la misma cantidad de detalles, utilizando las mismas técnicas”,
concluye Funston.
Referencia:
Stephen L. Brusatte et al. “The origin of placental mammal life histories”. Nature.
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