Villar del Río, de 150 habitantes, ha desplazado su aula paleontológica para que seis pequeños recuperen el colegio
La nueva escuela se ha situado donde estaba antes el aula paleontológica. Ayuntamiento de Villar del Río (Soria) |
Este municipio de Soria no supera los doscientos habitantes,
pero ha conseguido abrir una escuela de infantil que llevaba 43 años cerrada.
El edificio se había transformado hace años en un centro de interpretación, que
se ha trasladado a otro edificio con la oficina de turismo. Los paneles, las
maquetas y las huellas reales que se conservaban simplemente se han movido de
espacio para priorizar la educación y confort de los pequeños.
La inauguración de la escuela de Villar del Río, en la década de los años 40. Ayuntamiento de Villar del Río (Soria) |
El alcalde de Villar del Río, Miguel Ángel López, explica a
este diario que el Consistorio está a la espera de que se construya el nuevo
centro de las ignitas, lo que liberaría espacio para la escuela y permitiría
construir un comedor o una segunda aula. El regidor destaca las buenas
instalaciones que tiene la escuela, con un patio cerrado, y que permitiría
ampliar el centro, si hubiera demanda.
A pesar de que el edificio había acogido a la histórica
escuela del pueblo, han sido necesarias reformas para adaptar el espacio. El
Ayuntamiento de Villar del Río ha invertido 40.000 euros en obras para que el
edificio cumpliera con toda la normativa.
Los alumnos serán seis, aunque hay otros tres niños “en el
banquillo”. “Hay otros dos niños que tienen un año y un año y pico, y una en
camino, que nacerá en enero”, explica el regidor del municipio, que considera
su caso una “utopía”. “Fácil tampoco ha sido... Este es un peldaño que cuando
lo pisas por primera vez, parece una utopía. Ha merecido la pena”, valora López.
Oír a los niños jugar, correr, echar carreras con las bicis... “eso nos carga
las pilas”, agrega.
El aula de la escuela de Villar del Río. Ayuntamiento de Villar del Río (Soria) |
Todas las mañanas hacen una asamblea dando los buenos días, diciendo qué días es, el mes, el año... repasando conceptos temporales y numéricos. Cuentan cómo se sienten, si han ido de excursión el fin de semana o buscan soluciones conjuntas ante un conflicto. “Es una dinámica que da mucho juego porque los niños de 3 años adquieren contenidos y actitudes que ni siquiera oirían en una escuela urbana. Y los de cinco años, como son los mayores, son responsables del cuidado de los pequeños. Todo esto es un punto a favor”, explica la profesora.
Los mayores antes iban a otra escuela a la que corresponde
el Centro Rural Agrupado (CRA) de San Pedro Manrique. “Dos de los niños iban a
la escuela de Yanguas y ahora podrán ir a la de su pueblo”, explica el director
del CRA, Germán La Orden. El pueblo está en zona de alta montaña... en invierno
hace mucho frío y nieva mucho. El autobús es seguro, pero ir a Yanguas ya
obliga a los niños a meterse en carretera o a los padres a ir al otro pueblo
para llevar a sus hijos. De esta forma, podrán ir andando o con las bicis
dentro del pueblo. Bueno, o a lomos de un dinosaurio.
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