Escena del Jurásico. / WIKIPEDIA. |
Según una nueva investigación publicada en Current Biology,
los cambios en el clima global asociados a la extinción masiva del
Triásico-Jurásico, que acabó con muchos vertebrados terrestres de gran tamaño,
como los aetosaurios gigantes parecidos a armadillos, beneficiaron en realidad
a los primeros dinosaurios.
En concreto, los dinosaurios saurópodos, que se convirtieron
en las especies herbívoras gigantes del Jurásico tardío, como el Diplodocus y
el Brachiosaurus, pudieron prosperar y expandirse por nuevos territorios cuando
el planeta se calentó tras la extinción, hace 201 millones de años.
La investigación ha sido realizada por un equipo
internacional de paleontólogos dirigido por las Universidades de Birmingham y
Bristol, en el Reino Unido; la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nürnberg
(FAU), en Alemania, y la Universidad de São Paulo, en Brasil.
El equipo comparó modelos informáticos de las condiciones
climáticas globales prehistóricas, como la temperatura y las precipitaciones,
con datos sobre las distintas ubicaciones de los dinosaurios extraídos de
fuentes como la Base de Datos de Paleobiología. Demostraron que los saurópodos
y animales similares, con sus largas colas y cuellos y sus pequeñas cabezas,
fueron el éxito arrollador de un turbulento periodo de la evolución.
La doctora Emma Dunne, ahora profesora de paleontología en
la FAU, que llevó a cabo la investigación en la Universidad de Birmingham,
"los datos indican que, en lugar de que los dinosaurios fueran superados
por otros grandes vertebrados, fueron las variaciones en las condiciones
climáticas las que restringieron su diversidad. Pero una vez que estas
condiciones cambiaron en el límite entre el Triásico y el Jurásico, pudieron
prosperar", añade.
"Los resultados fueron un tanto sorprendentes, porque
resulta que los saurópodos eran realmente quisquillosos desde el principio
--reconoce en un comunicado--: más adelante en su evolución siguen
permaneciendo en zonas más cálidas y evitan las regiones polares".
El coautor del trabajo, el profesor Richard Butler, de la
Universidad de Birmingham, concluye que "el cambio climático parece haber
sido realmente importante para impulsar la evolución de los primeros
dinosaurios. Lo que queremos hacer ahora es utilizar las mismas técnicas para
comprender el papel del clima en los siguientes 120 millones de años de la
historia de los dinosaurios", afirma.
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