Supella dominicana - GEORGE POINAR JR./OSU |
La especie ha sido denominada Supella dominicana por su
descubridor, el profesor emérito de la Universidad Estatal de Oregón George
Poinar Jr.
"Está bien conservada, con una barra transversal
amarilla en las alas y una franja central vertical amarilla que parece dividir
el cuerpo en dos partes", explica Poinar en un comunicado. "Tiene
largas espinas, utilizadas para la defensa, en las patas, especialmente en las
traseras. También es interesante el haz espermático que contiene
espermatozoides con acrosomas oscuros, estructuras que cubren la cabeza del
espermatozoide, ya que los espermatozoides fósiles son raros."
El espécimen, de unos 30 millones de años de antigüedad, es
también la única cucaracha de su variedad, ectobiida, que se ha descubierto en
ámbar de la República Dominicana, aunque no tiene descendientes vivos en este
país ni en ninguna parte de las Antillas.
Como en el caso de otra cucaracha Supella descrita
anteriormente en ámbar mexicano, los parientes vivos más cercanos de S.
dominicana se encuentran en África y Asia.
"Entonces, ¿qué hizo que estas cucarachas se
extinguieran cuando hoy es tan difícil deshacerse de ellas?", se pregunta
Poinar, experto internacional en el uso de formas de vida vegetal y animal
conservadas en ámbar para conocer la biología y la ecología del pasado remoto.
Hay más de 4.000 especies de cucarachas arrastrándose por
múltiples hábitats de toda la Tierra, pero sólo unos 30 tipos de cucarachas
comparten hábitat con los humanos, y sólo un puñado de ellas se consideran
plagas. Pero están muy bien consideradas como tales, señala Poinar.
Antiguas, primitivas y extraordinariamente resistentes, las
cucarachas pueden sobrevivir a temperaturas muy por debajo del punto de
congelación y soportar presiones de hasta 900 veces su peso corporal.
Las cucarachas son tan resistentes que pueden vivir una
semana tras ser decapitadas, añadió, y pueden desplazarse a la velocidad del
rayo: su relación entre velocidad y longitud corporal es equivalente a la de un
ser humano corriendo a unos 320 km/h.
Como a las cucarachas no les molesta caminar por aguas
residuales o materia en descomposición, pueden contaminar cualquier superficie
que toquen en su casa mientras buscan comida en forma de grasa, migas,
artículos de despensa, incluso encuadernaciones de libros y cartón.
"Se consideran insectos de importancia médica, ya que
son portadores de patógenos humanos, incluidas las bacterias que causan la
salmonela, los estafilococos y los estreptococos", explica Poinar.
"También albergan virus. Y además de propagar patógenos y provocar
reacciones alérgicas, su mera presencia es muy inquietante."
Prodigiosamente reproductivas, capaces de apretujarse en
diminutos escondrijos y dotadas de enzimas que las protegen de sustancias
tóxicas, las cucarachas no son fáciles de desalojar una vez que aparecen en
algún lugar, dijo. También hay cada vez más pruebas de que están desarrollando
resistencia a muchos insecticidas.
"La dificultad para eliminarlas de las casas una vez
que han fijado su residencia puede causar mucho estrés", dijo Poinar.
"Muchos dirían que el mejor lugar para una cucaracha es enterrada en
ámbar".
La identificación de la nueva especie por Poinar se publicó en la revista Biologia.
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