Los anquilosaurios tenían poderosas colas repletas de púas que empleaban para competir por el territorio o durante la época de celo
El dinosaurio acorazado que lleva el nombre de Zuul, el monstruo de los Cazafantasmas
Durante mucho tiempo, se pensó que la cola servía a estos
dinosaurios para protegerse de los ataques de los tiranosaurios y otros
depredadores. Sin embargo, a partir del fósil de un ejemplar en el que se
aprecian unas curiosas lesiones, un equipo de investigadores ha llegado a la
conclusión de que los garrotazos se los repartían entre ellos. Según explican
en un estudio publicado en 'Biology Letters', Zuul utilizaba la cola para
luchar por el dominio social, el territorio o para competir durante la época de
celo, como hacen los ciervos modernos con sus astas.
El fósil de Zuul, un dinosaurio herbívoro que vivió hace 76
millones de años, forma parte de la colección del Museo Real de Ontario
(Canadá). Inicialmente, el cráneo y la cola habían sido liberados de la roca
que los rodeaba en el norte de Montana (EE.UU.), pero el cuerpo aún estaba
encerrado en 16.000 kilos de arenisca. Después de años de trabajo, se reveló
que el cuerpo había conservado la mayor parte de la piel y la armadura ósea en
toda la espalda y los flancos, lo que brinda una imagen notable del aspecto del
dinosaurio en vida. El cuerpo estaba cubierto de placas óseas de diferentes
formas y tamaños. Las que estaban a los lados eran particularmente grandes y
puntiagudas.
Los científicos notaron que a varias púas cerca de las
caderas en ambos lados del cuerpo les faltaban las puntas y que el hueso y la
vaina córnea se curaron en una forma más roma mientras el dinosaurio estaba
vivo. Por su ubicación en el cuerpo, estas lesiones no correspondían a las que
produciría el ataque de un depredador como un tiranosaurio. Sin embargo,
parecían más consistentes con el resultado de algún tipo de combate
ritualizado, una lucha con las colas con otro anquilosaurio.
«Durante años me interesó cómo los anquilosaurios usaban sus
colas y esta es una nueva pieza realmente emocionante del rompecabezas», dice
la autora principal, Victoria Arbour, curadora de paleontología en el Museo
Real de la Columbia Británica (Victoria, Canadá). «Sabemos que los
anquilosaurios podían usar su cola para dar golpes muy fuertes a un oponente,
pero la mayoría de la gente pensaba que lo hacían para luchar contra los
depredadores. En cambio, los anquilosaurios como Zuul pueden haber estado peleando
entre sí», sostiene.
Como un mazo
La cola de Zuul mide unos tres metros de largo con púas
afiladas a lo largo de sus costados. La mitad posterior de la cola estaba
rígida y la punta estaba encerrada en enormes protuberancias óseas, lo que
creaba un arma formidable parecida a un mazo.
La nueva investigación no refuta la idea de que la cola
podría usarse en defensa propia contra los depredadores, pero muestra que
también habría funcionado para el combate dentro de la especie, un factor que
probablemente impulsó su evolución. Hoy en día, las armas animales
especializadas, como las astas de los ciervos o los cuernos de los antílopes,
han evolucionado para usarse principalmente para luchar contra miembros de la
misma especie durante las batallas por parejas o territorio.
Hace años, Arbor había propuesto la idea de que los
anquilosaurios podrían haberse golpeado entre sí en los flancos, y que las
costillas rotas y curadas podrían respaldar esta idea. Pero los esqueletos de
anquilosaurios son extremadamente raros, lo que dificulta probar esta
hipótesis. La espalda y la cola completamente conservadas de Zuul, incluida la
piel, permitieron una visión inusual de la vida de estos increíbles dinosaurios
acorazados.
«El hecho de que la piel y la armadura se conserven en su
lugar es como una instantánea de cómo se veía Zuul cuando estaba vivo. Y las
lesiones que sufrió Zuul durante su vida nos dicen cómo pudo haberse comportado
e interactuado con otros animales en su entorno antiguo», explica David Evans,
curador de paleontología de vertebrados en el Museo Real de Ontario.
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