Durante gran parte del Cretácico, la península ibérica era un archipiélago con animales de pequeño tamaño, pero antes de que eso sucediera, existió en nuestra región uno de los dinosaurios más grandes del mundo.
Recreación de ‘Concavenator’ (Elenarts). |
Dinosaurios pequeños: la excepción ibérica
Desde que Pangea se desgajó hace unos 175 millones de años,
a principios del Jurásico, el territorio que hoy ocupa la península ibérica y
una parte de Europa se fue separando paulatinamente del continente, y terminó
conformado por varias islas: el archipiélago europeo y tuvo lugar el efecto
evolutivo conocido como enanismo insular, por el cual, los animales evolucionan
en tamaños cada vez más pequeños, adaptándose a la limitación de recursos. De
ahí que la mayoría de los dinosaurios encontrados en la península ibérica sean
relativamente pequeños, comparados con los de otras áreas geográficas.
Reproducción a tamaño natural de ‘Vallibonavenatrix’ en Vallibona, Castellón, realizada por Paleoymás (2022). |
Ya a finales Cretácico, cerca de la extinción de los grandes dinosaurios no avianos, gracias al descenso generalizado del nivel del mar, las islas que conformarían la península ibérica fueron colonizadas de nuevo por grandes dinosaurios continentales; pero incluso estos eran significativamente más pequeños que sus homólogos de otras regiones. En esta época se encuentran los saurópodos Lohuecotitan, de unos 15 metros de longitud, o Abditosaurus, de hasta 18 metros, el dinosaurio más grande conocido de su entorno espaciotemporal.
‘Europatitan’, un gigante infiltrado
Europatitan eastwoodi. Autor: Davide Bonadonna. / C.A.S. |
Este es el caso de uno de los saurópodos más
representativos: Europatitan eastwoodi, un titanosaurio que habitó lo que hoy
es Salas de los Infantes, en Burgos. Aunque vivió a principios del Cretácico,
su tamaño era descomunal: hasta 27 metros de longitud y un peso estimado de 35
toneladas. Este dinosaurio tiene parentesco evolutivo con los saurópodos del
supercontinente de Gondwana, lo que muestra un posible intercambio de fauna, en
algún momento del Cretácico temprano, entre lo que hoy es la península ibérica
y el norte de África. Pero, aún existe un dinosaurio más grande que Europatitan
en la península ibérica.
‘Turiasaurus riodevensis’, el dinosaurio más grande de España
Recreación de ‘Turiasaurus’ (CC BY-SA 4.0 / Ferrutxo) |
Su nombre, Turiasaurus riodevensis, deriva del municipio
turolense de Riodeva donde fue encontrado, y del río Turia, en cuya cuenca se
encuentra el yacimiento. Los primeros restos fueron encontrados en 2003 y,
apenas tres años más tarde, el equipo de investigación liderado por el paleontólogo
Rafael Royo-Torres describió la nueva especie en la prestigiosa revista
científica Science.
El cráneo, muy fragmentado, fue analizado con posterioridad.
Su reconstrucción fue presentada durante la 10ª Reunión Anual de la Asociación
Europea de Paleontólogos de Vertebrados por el prestigioso paleontólogo
Francesc Gascó-Lluna, y en colaboración con el mismo equipo de Royo-Torres que
descubrió el animal en primer lugar. Tanto los restos como la reconstrucción
del cráneo se encuentran en la colección del Museo de la Fundación Conjunto
Paleontológico de Teruel-Dinópolis.
Aunque los restos son limitados, el estudio de los fósiles,
especialmente del húmero, de 179 centímetros, mediante anatomía comparada con
otros saurópodos, como Argentinosaurus o Paralititan, fue suficiente para
estimar su longitud en más de 35 metros.
Referencias:
Gascó-Lluna, F. et al. 2012, enero. Reconstruction of the
cranial anatomy of Turiasaurus riodevensis.
Royo-Torres, R. et al. 2006. A Giant European Dinosaur and a
New Sauropod Clade. Science, 314(5807), 1925-1927. DOI: 10.1126/science.1132885
Torcida Fernández-Baldor, F. et al. 2017. Europatitan
eastwoodi , a new sauropod from the lower Cretaceous of Iberia in the initial
radiation of somphospondylans in Laurasia. PeerJ, 5, e3409. DOI:
10.7717/peerj.3409
Vila, B. et al. 2022. A titanosaurian sauropod with
Gondwanan affinities in the latest Cretaceous of Europe. Nature Ecology &
Evolution, 6(3), 288-296. DOI: 10.1038/s41559-021-01651-5
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